Cuba va a poner el marcha un proyecto para incentivar la producción de frutas en dos provincias del país,valorado en seis millones de dólares, con la cooperación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la embajada de Canadá en Cuba.
Este programa, que se desarrollará bajo en control del Ministerio de Agricultura, tiene como principal objetivo lograr incrementos de entre un 10 y un 30 por ciento de las producciones de guayaba, mango y fruta bomba, según informaciones de la prensa oficial.
El programa se llevará a cabo en las provincias de Artemisa, en la parte occidental de la isla, muy próxima a La Habana; y en Santiago de Cuba, en el oriente del país.
La representante residente adjunta del PNUD en la isla, Soledad Bauzá, consideró que el proyecto es una excelente oportunidad para contribuir al Plan Nacional de Desarrollo 2030, a partir de introducir en la producción de frutales nuevas bases tecnológicas, patrones de utilización de los factores productivos y modelos de gerencia y de organización de la producción.
Entre los resultados que se esperan, figuran la formación de personal para diagnosticar, proyectar y gestionar estratégicamente los frutales, con un enfoque de cadena, la comprensión del mercado y el análisis de oportunidades, a fin de lograr retornos sostenibles a la inversión.
También se prevé un aumento de las capacidades de cooperativas para producir y comercializar frutas frescas y procesadas, con el fin de lograr beneficios económicos que repercutan en la mejora del nivel de vida en comunidades rurales, especialmente de jóvenes y mujeres.
La directora de asuntos internacionales del Ministerio de Agricultura, Moraima Céspedes, señaló que el proyecto beneficiará a 80 empresas en cinco municipios de las provincias Artemisa y Santiago de Cuba, donde se agrupan productores de experiencia, dispuestos a darles valor agregado a los frutales.
Como parte de las reformas económicas de Raúl Castro, uno de los objetivos del Gobierno cubano es incentivar la producción local de alimentos, ya que la isla gasta unos 2.500 millones de dólares al año en importar comida.
EFE