El paso por la región de migrantes cubanos, quienes desde hace meses transitan por Centroamérica y México en ruta hacia la frontera de Estados Unidos, parecía haber llegado a un punto de contención este jueves, con la intensificación del control migratorio en las fronteras de Panamá, Costa Rica y Nicaragua.
Con la culminación el miércoles del puente aéreo que transportó a México a 3,161 migrantes cubanos desde Panamá, las autoridades migratorias aseguran que no quedan irregulares cubanos registrados en ese país.
El director general del Sistema Nacional de Fronteras de Panamá, Cristian Hayer, afirmó que tras el cierre de la frontera sur con Colombia, el ingreso de migrantes "se ha dado en menor escala, casi mínimo".
Hayer recordó que, en lo adelante, todo extranjero que ingrese a Panamá de forma irregular será deportado y luego se ordenará su impedimento de entrada al territorio nacional.
De esa forma, agregó, se cumplirá con lo establecido en el Decreto Ley 3 de 2008, que crea la institución y regula el estatus migratorio.
Por su parte, el jefe de Migración Colombia, Christian Krüger, declaró que el centenar de migrantes cubanos que permanecen en una bodega del municipio de Turbo, Urabá antioqueño, esperando poder pasar hacia países como México y Estados Unidos, ya recibieron un salvoconducto para salir de Colombia en los próximos ocho días.
“Frente al tema de aquellos extranjeros que permanecen dentro de la bodega, he pedido a nuestro grupo de Policía Judicial que se inicien la investigaciones pertinentes y se judicialice a los propietarios de la misma, por el delito de tráfico de personas”, indicó Krüger en un comunicado.
Duros testimonios de cubanos varados en Turbo
Mayerli Hernández, es una de las cubanas que se encuentran entre el centenar de migrantes en Turbo. La joven padece de cáncer en la sangre y durante una entrevista concedida a la agencia de noticias RPTV hizo una dramática exhortación a las autoridades de Colombia.
“Que el pueblo colombiano se pueda apiadar de nosotros, no solo lo pido por mi, lo pido por esta cantidad de cubanos que estamos aquí, que nos encontramos en una situación desesperada”, dijo Hernández.
“Necesito llegar a Estados Unidos, necesito reunirme con mi familia”, subrayó, dejando al descubierto su cabeza sin cabello.
Con 24 años de edad y dos meses de embarazo, Ayleen dejó en Cuba a un bebé de tres años, y ahora acuna un sueño para el hijo que espera.
“Que nazca en Estados Unidos, para que tenga un futuro mejor, para que sea libre en el mundo, lo que nosotros nunca hemos podido tener en Cuba”, afirmó.
En vista de que Turbo es una ruta estratégica para los migrantes que quieren llegar a Panamá, el Alcalde de ese municipio, Alejandro Abuchar González, hizo un llamado el miércoles a las autoridades de ciudades como Medellín y Cali para que impongan un mayor control al tránsito de migrantes irregulares.