Varios adolescentes y jóvenes cubanos ponen en peligro su salud al inyectarse diferentes sustancias para aumentar el volumen muscular, una de ellas el synthol o aceite de maní, informa la página digital www.ipsnoticias.net.
Según la nota, este jueguito "ya exhibe víctimas". En la provincia de Matanzas, dos jovencitos "sufrieron entre 12 y 28 cirugías por aplicarse diariamente 10 mililitros de aceite de soja en los brazos".
Otro joven identificado como Damián Rodríguez, de 21 años, "iba por el noveno frasco de aceite de maní" cuando sintió molestias y se le hinchó y enrojeció uno de sus brazos. Relató que "por la piel brotaba grasa con fragmentos de tejido necrosado".
Estos aceites, señala la información, pueden contener esteroides, hormonas y anestésicos, y provocar cirugía por abscesos, trombos, quistes y otros problemas.
Aunque estas sustancias no se venden en tiendas o clínicas estatales, los jóvenes que asisten a los gimnasios cubanos conocen quién vende y aplica clandestinamente el aceite de maní, señala Inter Press Service.
Otro medio informativo, www.cubasi.cu indica que estos aceites causan consecuencias futuras. "Ese músculo deteriorado por completo por el efecto de ese químico (…) se va a debilitar completamente, va a perder un gran porciento de la fuerza muscular, estéticamente todas esas incisiones en la piel le van a producir deformidades en esa zona".
Agrega, que "hay casos que han llegado hasta la amputación del miembro porque ya sí se pueden complicar con algunas infecciones o pueden hacer una osteomielitis (inflamación simultánea del hueso y de la médula ósea)".
Jorge Fonseca, entrenador de un gimnasio ubicado en el Centro Hebreo, en el Vedado, declaró a www.cubasi.cu que ellos no recomiendan estas inyecciones.
"En este gimnasio todos los entrenadores estamos completamente en contra de eso, porque uno que ha estudiado y conoce un poquito la fisiología del organismo sabe que el cuerpo hace rechazo a esas sustancias, que no las asimila y además no le aporta nada al entrenamiento, la fuerza o la resistencia del musculo, es solo un aspecto visual que, en mi opinión, ni siquiera se ve tan bien, no sé por qué lo siguen usando".
Según la nota, este jueguito "ya exhibe víctimas". En la provincia de Matanzas, dos jovencitos "sufrieron entre 12 y 28 cirugías por aplicarse diariamente 10 mililitros de aceite de soja en los brazos".
Otro joven identificado como Damián Rodríguez, de 21 años, "iba por el noveno frasco de aceite de maní" cuando sintió molestias y se le hinchó y enrojeció uno de sus brazos. Relató que "por la piel brotaba grasa con fragmentos de tejido necrosado".
Estos aceites, señala la información, pueden contener esteroides, hormonas y anestésicos, y provocar cirugía por abscesos, trombos, quistes y otros problemas.
Aunque estas sustancias no se venden en tiendas o clínicas estatales, los jóvenes que asisten a los gimnasios cubanos conocen quién vende y aplica clandestinamente el aceite de maní, señala Inter Press Service.
Otro medio informativo, www.cubasi.cu indica que estos aceites causan consecuencias futuras. "Ese músculo deteriorado por completo por el efecto de ese químico (…) se va a debilitar completamente, va a perder un gran porciento de la fuerza muscular, estéticamente todas esas incisiones en la piel le van a producir deformidades en esa zona".
Agrega, que "hay casos que han llegado hasta la amputación del miembro porque ya sí se pueden complicar con algunas infecciones o pueden hacer una osteomielitis (inflamación simultánea del hueso y de la médula ósea)".
Jorge Fonseca, entrenador de un gimnasio ubicado en el Centro Hebreo, en el Vedado, declaró a www.cubasi.cu que ellos no recomiendan estas inyecciones.
"En este gimnasio todos los entrenadores estamos completamente en contra de eso, porque uno que ha estudiado y conoce un poquito la fisiología del organismo sabe que el cuerpo hace rechazo a esas sustancias, que no las asimila y además no le aporta nada al entrenamiento, la fuerza o la resistencia del musculo, es solo un aspecto visual que, en mi opinión, ni siquiera se ve tan bien, no sé por qué lo siguen usando".