Varias barriadas del municipio capitalino de Marianao amanecieron sin agua el lunes 1ro de octubre, lo cual originó malestar y protestas de sus pobladores, confirmó a martinoticias.com el reportero de Cubanet y Primavera Digital Michel Iroy Rodríguez, residente en El Palmar.
Además de ese vecindario ubicado detrás de la Plaza del Mercado de Marianao, confrontaron similar situación vecinos de Los Angeles, un poco más al este, y de San Agustín, al oeste, para un aproximado de 40.000 personas sin agua, de las poco más de 130.000 que tiene el municipio.
El periodista independiente precisó que el servicio de agua corriente en estas localidades suele prestarse cada dos días por seis a siete horas, a partir de las 11 o 12 de la noche, pero en esta ocasión, como en otras anteriormente, la cortaron demasiado pronto.
Algunos residentes pasan la noche en vela llenando todo tipo de depósitos, incluidos tanques de fibrocemento, barriles y vasijas, a veces subiéndola a cubos por falta de presión en las tuberías. Para quienes trabajan es un problema, a menos que decidan faltar al día siguiente al trabajo.
Iroy Rodríguez señala que no es la primera vez, pues hay días que no la ponen, la quitan antes de tiempo, o la ponen de madrugada un par de horas, la gente no se entera y se queda sin agua por otras 48 horas.
El reportero apunta que contribuye a acentuar el malestar el hecho de que en los hoteles y centros turísticos, como en las zonas congeladas donde vive la clase gobernante, hay agua las 24 horas.
Los vecinos tampoco tienen a quien recurrir. Si llaman al acueducto les dicen que hay averías, y nadie se responsabiliza por el deficiente servicio.
Residentes del Palmar manifestaron su indignación. Unos se preguntaron si le echarían la culpa del corte de agua al “bloqueo” (el embargo de EE.UU.) otros, cuándo habría un cambio en Cuba y un tercer grupo se quejó de que el gobierno no era capaz de garantizarle al pueblo ni el agua.
Algunos recordaron que días antes, en el aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución el 28 de septiembre , Raúl Castro llamó a rescatar la misión original de esa organización de vigilancia y control, y se preguntaron: “¿Qué revolución vamos a defender? ¿El hambre, la miseria?”.
EN LA HABANA LA MITAD DEL AGUA SE PIERDE
El periodista independiente Calixto Ramón Martínez Arias, que fuera encarcelado en Cuba en septiembre del 2012 tras dar a conocer las epidemias de cólera y de dengue en la isla, publicó en mayo de ese mismo año un reportaje sobre dos colosales salideros de agua potable por los que estaban escapando cada día unos 2.600.000 litros del vital líquido.
Uno se ubicaba cerca de la autopista Primer Anillo, entre La Güinera y el Parque Lenin, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, y el otro en la esquina de 152 y 285, en Nazareno, municipio Boyeros, colindante con Marianao.
Una experta de la empresa Aguas de La Habana le dijo a Martínez Arias que con el agua desperdiciada en esos salideros se podía abastecer a unas 200.000 personas a razón de 108 litros diarios per cápita.
El periodista señalaba que ya entonces el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos admitía que del más de un millón y medio de metros cúbicos de agua potable que se bombean a diario en La Habana más de un 50 % se pierde debido a los salideros y el deterioro –con escaso mantenimiento-- de las redes.
Además de ese vecindario ubicado detrás de la Plaza del Mercado de Marianao, confrontaron similar situación vecinos de Los Angeles, un poco más al este, y de San Agustín, al oeste, para un aproximado de 40.000 personas sin agua, de las poco más de 130.000 que tiene el municipio.
El periodista independiente precisó que el servicio de agua corriente en estas localidades suele prestarse cada dos días por seis a siete horas, a partir de las 11 o 12 de la noche, pero en esta ocasión, como en otras anteriormente, la cortaron demasiado pronto.
Algunos residentes pasan la noche en vela llenando todo tipo de depósitos, incluidos tanques de fibrocemento, barriles y vasijas, a veces subiéndola a cubos por falta de presión en las tuberías. Para quienes trabajan es un problema, a menos que decidan faltar al día siguiente al trabajo.
Iroy Rodríguez señala que no es la primera vez, pues hay días que no la ponen, la quitan antes de tiempo, o la ponen de madrugada un par de horas, la gente no se entera y se queda sin agua por otras 48 horas.
El reportero apunta que contribuye a acentuar el malestar el hecho de que en los hoteles y centros turísticos, como en las zonas congeladas donde vive la clase gobernante, hay agua las 24 horas.
Los vecinos tampoco tienen a quien recurrir. Si llaman al acueducto les dicen que hay averías, y nadie se responsabiliza por el deficiente servicio.
Residentes del Palmar manifestaron su indignación. Unos se preguntaron si le echarían la culpa del corte de agua al “bloqueo” (el embargo de EE.UU.) otros, cuándo habría un cambio en Cuba y un tercer grupo se quejó de que el gobierno no era capaz de garantizarle al pueblo ni el agua.
Algunos recordaron que días antes, en el aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución el 28 de septiembre , Raúl Castro llamó a rescatar la misión original de esa organización de vigilancia y control, y se preguntaron: “¿Qué revolución vamos a defender? ¿El hambre, la miseria?”.
EN LA HABANA LA MITAD DEL AGUA SE PIERDE
El periodista independiente Calixto Ramón Martínez Arias, que fuera encarcelado en Cuba en septiembre del 2012 tras dar a conocer las epidemias de cólera y de dengue en la isla, publicó en mayo de ese mismo año un reportaje sobre dos colosales salideros de agua potable por los que estaban escapando cada día unos 2.600.000 litros del vital líquido.
Uno se ubicaba cerca de la autopista Primer Anillo, entre La Güinera y el Parque Lenin, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, y el otro en la esquina de 152 y 285, en Nazareno, municipio Boyeros, colindante con Marianao.
Una experta de la empresa Aguas de La Habana le dijo a Martínez Arias que con el agua desperdiciada en esos salideros se podía abastecer a unas 200.000 personas a razón de 108 litros diarios per cápita.
El periodista señalaba que ya entonces el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos admitía que del más de un millón y medio de metros cúbicos de agua potable que se bombean a diario en La Habana más de un 50 % se pierde debido a los salideros y el deterioro –con escaso mantenimiento-- de las redes.