El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, en unión del Primer Ministro, Manuel Marrero y el ministro de economía Alejandro Gil Fernández comparecieron el jueves en la televisión cubana para anunciar una hoja de ruta para sortear la crisis actual.
Hablaron de paquetes de medidas, de fases y etapas pero hasta el momento nada se ha dicho de los cambios urgentes y estructurales que los expertos llevan meses recomendando ante la apremiante situación de la economía cubana.
Durante la intervención Gil Fernández, expresó que parte de la estrategia a seguir para recuperar la economía tras la pandemia será “más planificación “ y llamó a “fortalecer el ahorro y utilizar más efectivamente los recursos del país”.
El economista Pedro Monreal en un reciente texto publicado en su blog recalcó la necesidad de empoderar al sector privado y cooperativo, “para lograr producir alimentos suficientes y variados para abastecer a la población con precios razonables”.
A su juicio la seguridad alimentaria pasa por implementar "mecanismos descentralizados y de mercados regulados, pero no asfixiados (oficialmente se les denomina en Cuba mecanismos 'económicos'), complementado con medidas de equidad social".
También la pasada semana un grupo de 25 pequeños y medianos empresarios de la capital, ofrecieron a gobierno cubano una solución a la escasez de alimentos, usando las remesas de la emigración para financiar la apertura de negocios de producción y comercialización de alimentos.
Otra estrategia ante la presente crisis fue propuesta por campesinos independiente cubanos, que le exigieron en una carta pública al gobernante Miguel Díaz-Canel, cinco puntos donde piden libertad empresarial para producir y exportar sus producciones y evitar así una hambruna en Cuba.
Economistas cubanos entrevistados por Radio Televisión Martí reiteraron que el gobierno cubano es responsable por el inmovilismo y que la liberación de las fuerzas productivas es la única receta para salir de la coyuntura actual.
Enix Berrio, académico y economista, expresa que el empoderamiento de cuentapropistas con financiamiento y préstamos no ocurrirá, por el monopolio que ejercen los militares en la economía cubana, y sin auditoría del Parlamento ni de la Contraloría General de la República.
“El trabajo por cuenta propia, que es donde debería invertirse, está constreñido y no es por gusto, es para que todos sus flujos financieros vayan al sector de los militares, donde media la corrupción política y administrativa y de enriquecimiento de la mayoría de los jerarcas de ese país. La depresión económica va a tener un impacto en la realidad de toda la ciudadanía y también en los reclamos de los ciudadanos en las calles”.
El profesor economía de la Universidad de Valencia, España, Elías Amor Bravo, apunta que el gobierno cubano perdió una excelente oportunidad y es muy lamentable lo dicho por el ministro Gil Fernández, cuando dijo “el plan no lo vamos a acomodar al nuevo contexto, vamos a usar el plan para imponernos al nuevo contexto”.
“La economía cubana se está derrumbando, no va a dar respuesta a las demandas de una sociedad que ya no es la misma que hace 20 años. Los sectores productivos están paralizados. No se puede única y exclusivamente depender de motores externos como remesas, turismo, inversión extranjera. Hay que dinamizar la economía nacional”, dijo el experto.
Ángel Marcelo Rodríguez Pita, Master en Ciencias Sociales, destaca que no hay ningún plan serio anunciado, es más de lo mismo, no se habló nada de las propuestas serias que han planteado emprendedores privados y campesinos.
"La mejor manera de redistribuir la riqueza es generando empleo. Solo es posible si se orienta desde el sector privado", destacó.
Por su parte la economista Martha Beatriz Roque Cabello recuerda que el propio Díaz-Canel dijo en esta reunión que previamente el Buró Político había aprobado el supuesto plan.
El partido es quien manda, como lo expresa la propia constitución, eso son los que viven bien, sacrificando la mayoría del pueblo cubano, declaró la opositora.
“En toda la institución gubernamental nadie se ocupa de nada. ¿Hasta cuándo vamos a sufrir las consecuencias?”, se preguntó.
La propuesta “LA COVID-19 EN CUBA Y SUS CONSECUENCIAS EN LA ETAPA DE POST-PANDEMIA: VISIÓN Y PROPUESTAS”, elaborada por un grupo de expertos recomendó "escuchar a los economistas cubanos -de la Isla y de la Diáspora, de derecha y de izquierda, viejos y jóvenes, oficialistas y disidentes- y asumir los amplios consensos que existen en este gremio sobre las reformas que ha de adoptar Cuba".
Los autores del estudio aseguran que existe consenso entre los expertos sobre la necesidad de destrabar las fuerzas productivas, ampliar el sector privado, privatizar algunas empresas ineficientes, reorganizar de una vez el entorno monetario y cambiario, generar mayores libertades económicas en cuanto a propiedad, comercio, inversiones y otras cuestiones clave, generar mayores espacios de mercado, afinar la regulación económica estatal, descentralizar el sector estatal, generar incentivos y mecanismos de gestión económica horizontales.