El diario El Nacional dice en un editorial que, para los venezolanos, la noticia de que el gobierno cubano ha acordado un cronograma para la unificación monetaria, resulta contrastante y hasta chocante
El matutino compara que si en Cuba, con la sinceración del valor de la moneda se intenta poner orden en un sistema que sólo ha profundizado desigualdades, alimentado corruptelas y mantenido una dependencia externa de medio siglo, en Venezuela los timoneles de turno –más preocupados por mantener la mano en el timón que por el rumbo– convirtieron la mayor bonanza petrolera en una conjunción de vulnerabilidades, sea cual sea el indicador que se elija.
La medida cubana –observa el diario caraqueño-- significa el abandono de un régimen impuesto tras el derrumbe del subsidio socialista, apuntando a la gradual eliminación del abismo entre el peso cubano (el que reciben los cubanos por su trabajo) y el peso en paridad con el dólar (el de los bienes fuera de la limitadísima “libreta de abastecimiento” y las cuentas públicas)
El editorial recuerda que las medidas impulsadas por Raúl Castro desde que relevó a Fidel se proponen sostener el régimen político y hacerlo económicamente menos frágil, y destaca la importancia decisiva de “los vínculos inescrutables con Venezuela” en el tránsito entre los dos Castro.
Son conexiones –señala-- donde se aprecia el flujo de recursos venezolanos hacia la isla desde la firma de un Convenio Integral de Cooperación en octubre de 2000. Este se ha multiplicado “en cientos de arreglos cuyo denominador común ha sido un constante favorecer la economía cubana, a un alto precio”.
El Nacional termina su editorial reflexionando sobre la última receta castrista que pretende aplicar el gobierno de Nicolás Maduro: “La pregunta ineludible al gobierno venezolano es ¿qué significa a estas alturas de nuestro naufragio hacer irreversible el curso por el que nos conduce?”
El matutino compara que si en Cuba, con la sinceración del valor de la moneda se intenta poner orden en un sistema que sólo ha profundizado desigualdades, alimentado corruptelas y mantenido una dependencia externa de medio siglo, en Venezuela los timoneles de turno –más preocupados por mantener la mano en el timón que por el rumbo– convirtieron la mayor bonanza petrolera en una conjunción de vulnerabilidades, sea cual sea el indicador que se elija.
La medida cubana –observa el diario caraqueño-- significa el abandono de un régimen impuesto tras el derrumbe del subsidio socialista, apuntando a la gradual eliminación del abismo entre el peso cubano (el que reciben los cubanos por su trabajo) y el peso en paridad con el dólar (el de los bienes fuera de la limitadísima “libreta de abastecimiento” y las cuentas públicas)
El editorial recuerda que las medidas impulsadas por Raúl Castro desde que relevó a Fidel se proponen sostener el régimen político y hacerlo económicamente menos frágil, y destaca la importancia decisiva de “los vínculos inescrutables con Venezuela” en el tránsito entre los dos Castro.
Son conexiones –señala-- donde se aprecia el flujo de recursos venezolanos hacia la isla desde la firma de un Convenio Integral de Cooperación en octubre de 2000. Este se ha multiplicado “en cientos de arreglos cuyo denominador común ha sido un constante favorecer la economía cubana, a un alto precio”.
El Nacional termina su editorial reflexionando sobre la última receta castrista que pretende aplicar el gobierno de Nicolás Maduro: “La pregunta ineludible al gobierno venezolano es ¿qué significa a estas alturas de nuestro naufragio hacer irreversible el curso por el que nos conduce?”
