"Tres libras de arroz, por favor", dice una joven al bodeguero (como identifica su pulóver) mientras le extiende su tarjeta electrónica. La escena, que transcurre en un establecimiento inmaculado de paredes blancas y brillante mostrador de granito, con ventanas de cristal y ambiente climatizado, parece rodada en Miami, no en Cuba.
El video, publicado en Facebook por el Banco Metropolitano, anuncia la disponibilidad de pago electrónico en la red de bodegas donde los cubanos adquieren los productos de la canasta básica regulados por la tarjeta de abastecimiento o "libreta".
"Ahora si lo vi todo", comenta con sarcasmo Luisa González Duvergel, residente en La Habana, según indica su perfil en la red social.
"Felicidades! Les quedó buenísimo el chiste!!", dice Yoanis Gil Delgado. "Eso es en una bodega que solo existe en el mundo paralelo en que vive el Noticiero", alega David Sean Meissimilly.
Mientras, Grisel Berrayarza señala que los anuncios de este tipo deberían reflejar la realidad del cubano. "Los spots se deben acercar a nuestra realidad. Realmente no creo que haya comercios tan bellos y limpios como este", criticó.
El Banco Metropolitano alega que la bodega reluciente del video, existe. Se encuentra ubicada, aclara, en el Reparto Camilo Cienfuegos, en La Habana del Este. Pero, amén de la aclaración, el anuncio resulta irreal, en medio del desabastecimiento de alimentos y otros productos básicos, una conectividad endeble a internet y apagones programados durante horas, durante los cuales no estaría disponible esta forma de pago.
"En primer lugar, los que van a la bodega son ancianos, y muy pocos son los que tienen teléfono, y si tienen, casi no saben trastearlo. En segundo lugar, ninguna bodega en Cuba tiene ese aspecto, todas están churrosas y en malas condiciones (al menos que esa sea en Marianao, como dicen ahora). En tercer lugar: mientras te toca tu turno el teléfono se te queda sin carga, porque hace 6 horas se fue la corriente y no lo has cargado. Y en cuarto lugar, dpepdpe", argumenta con ironía la bibliotecaria de Centro Habana Rosmery Sánchez.
El gobierno cubano batalla con la implementación del pago electrónico en la isla desde hace casi una década, sin que haya logrado el establecimiento de una red eficiente y segura para su ejecución, debido, fundamentalmente, a serios problemas de infraestructura y conectividad.
"Yo he tratado de utilizarlo cuando compro los mandados o lo que llega a la carnicería y realmente los vendedores ponen muchas trabas, que si no saben, que eso es un problema, que no hay conexión, que hay que esperar un rato para comprobar si lo he pagado y hasta que no le llegue la confirmación no se puede llevar uno el producto, que si el administrador es el que sabe bien de eso y hasta se niegan a que se les pague así. Conclusión, trabas y más trabas, porque no quieren trabajar con esa forma. Las razones todos las conocemos", señaló la capitalina Grisel Berrayarza.
Otro usuario, José Bacardí, comenta desde el municipio habanero de 10 de Octubre que hace dos meses el servicio de pago electrónico a través de las aplicaciones Transfermóvil y Enzona no funciona en los comercios estatales de esa localidad.
"Los administradores alegan que están cambiando las cuentas y que ya los códigos QR existentes no funcionan. ¿Hasta cuándo será lo del cambio? Estamos hablando de ampliar el comercio electrónico, vamos a arreglar primero lo que ya está creado y después se pensará en crecer", concluye Bacardí.
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