La Casa Blanca no cree que el gobierno cubano tenga que ver con los misteriosos ataques acústicos contra el personal diplomático norteamericano en La Habana, según varias fuentes familiarizadas con la pesquisa citadas por periodistas del buró de Washington del grupo mediático McClatchy.
“Nadie cree que los cubanos sean los responsables”, dijo una fuente. “Todas las evidencias indican que no lo están”, agregó, coincidiendo con comentarios hechos por otras personas estrechamente vinculadas con la situación.
Las fuentes no indicaron de quién sospechan las agencias de inteligencia de Estados Unidos como responsable de los ataques.
El reportaje de McClatchy anticipa que el gobierno del presidente Trump anunciará en breve la retirada de más empleados norteamericanos de la embajada en La Habana, lo que aumentaría de 21 a 25 el número de diplomáticos afectados por presuntos “dispositivos sónicos”, incluyendo, según dos de las fuentes citadas, reportes de casos que han ocurrido en las últimas semanas.
La retirada de los diplomáticos no buscaría castigar al gobierno cubano, sino proteger a los diplomáticos y a sus familias de los extraños ataques. El gobierno de Trump ha estado considerando cerrar la embajada, pero a la vez contempla la opción de mantenerla abierta aunque sea con personal mínimo.
Los reporteros consultaron a Mark Feierstein, ex asistente especial del expresidente Barack Obama, y exdirector del Consejo de Seguridad Nacional para asuntos del Hemisferio Occidental.
Feierstein dijo que los políticos de línea dura posiblemente contemplen la retirada de más personal como una medida punitiva, pero que la administración tiene derecho de poner a salvo a sus diplomáticos y empleados antes de poder saber más sobre lo que está ocurriendo. “Cualquier gobierno consideraría tomar las mismas medidas”, dijo Feierstein.
En una reciente rueda de prensa la portavoz del Departamento de Estado Heather Nauert admitió que no es mucho lo que se puede hacer para proteger a los diplomáticos en Cuba sin conocer qué es lo que está afectando su salud.
[Reseñado por Rolando Cartaya con información de McClatchy y el Departamento de Estado]