Desafíos de los ancianos en Cuba: Inflación, pobreza extrema y falta de asistencia estatal

Un hombre mira el escaparate de una tienda de ropa en La Habana Vieja. (Reuters/Rickey Rogers/Archivo)

Los ancianos cubanos enfrentan precariedad y abandono institucional por factores como la crisis económica, la reducción de la asistencia social y el impacto de la emigración en las redes familiares y de la comunidad.

Los ancianos cubanos, el único grupo de la población que ha crecido en los últimos años, son también los más afectados por el agravamiento de la crisis sistémica que atraviesa el país, según los expertos.

La escasez de recursos en áreas esenciales como la salud y la alimentación, el aumento del costo de vida, la disminución de la asistencia social que antes ofrecía el Estado, y el impacto de la emigración en las redes familiares y de la comunidad, son algunos de los factores que han mermado la calidad de sus vidas.

En las redes sociales son comunes las denuncias de miembros de la sociedad civil y organizaciones sobre la situación de las personas mayores en la isla y el abandono institucional que enfrentan.

Recientemente, circuló un video en el que se veía a una anciana de 80 años sentada en un sillón de madera en la sala de su casa en Guantánamo, mientras un grupo de ratas salía del interior de la vivienda y caminaba entre sus pies. Ella las miraba por momentos, sin inmutarse.

De acuerdo con la información compartida en Facebook por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, los vecinos han comunicado repetidamente las condiciones en las que vive la jubilada a entidades gubernamentales de la provincia y no se han tomado acciones al respecto.

Ilustración creada a partir de video de redes sociales

La crisis sin precedentes que vive el país "ha afectado más a las personas mayores y dentro de las personas mayores, a las que viven solas”, explica la socióloga cubana Elaine Acosta, e indica que los ancianos, que representan el 25% de la población de la isla, cuentan con menos recursos y asistencia social que hace 10 años.

Además, “es un contexto donde la inflación ha ido creciendo y la pensión que ellos reciben ha disminuido su valor y el poder adquisitivo”, dice Acosta.

La jubilación promedio del país no supera los 1.528 pesos mensuales, menos que el salario mínimo fijado en 2.100. Para comer “lo mínimo” al mes, un anciano que solo cuente con la jubilación para sostenerse necesitaría más de 12 pagos, según un estudio reciente del costo de vida en Cuba realizado por el economista Omar Everleny. El experto concluyó que en la isla “realmente hay una falta de ingresos extraordinaria y que hay gente viviendo bajo la línea de pobreza fijada por la Organización de Naciones Unidas (ONU)”.

Apoyarse en la asistencia estatal tampoco es una opción para los adultos mayores. “Toda la red de protección social que antes ofrecía el Estado ha venido reduciéndose significativamente”, indica Acosta.

La socióloga señala que las autoridades han fallado sistemáticamente en los últimos años en la atención a este grupo de la población, “en primer lugar porque desconocen la existencia de la pobreza, no reconocen el empeoramiento o el agravamiento en las condiciones de vida de la población, no publican datos al respecto y por lo tanto no pueden formular políticas adecuadas para atender las necesidades crecientes de este grupo poblacional”, apunta.

Según la experta, se requieren un conjunto de reformas en la atención que el Estado brinda a los adultos mayores "desde los recursos materiales y humanos que se están asignando para su atención, hasta los programas y, sobre todo, facilitando el rol de la sociedad civil y de muchísimos programas que existen en la comunidad y que podrían estar atendiendo a estas personas, complementando la labor del Estado y que sin embargo tienen muchísimas trabas para realizar su labor”, concluye.