La plataforma opositora Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) alertó en un documento que la crisis de desabastecimiento de alimentos y otros productos que padecen los cubanos es parte de una estrategia de distracción política del régimen.
“Limitar la capacidad que tenemos los cubanos de generar nuestra propia riqueza, en materia alimentaria, para culpar al vecino del norte de esas carencias, cuando se le compra justamente a ese mismo vecino, no puede ser otra cosa que una estrategia perversa”, declaró en entrevista con Radio Martí, Manuel Cuesta Morúa, coordinador de la MUAD.
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El opositor considera que se trata de una lógica perversa “cuando hay cuentapropistas y campesinos listos para alimentar a este pueblo”.
“La única responsabilidad recae únicamente en la incapacidad del gobierno de dar respuesta” a las necesidades de la población, apuntó Cuesta Morúa.
Lee también Denuncian acoso contra productores privados de carne de cerdo en CubaEl documento emitido por la MUAD, que reúne en su seno a más de 40 organizaciones opositoras y de la sociedad civil, es "un pronunciamiento desde el punto de vista institucional sobre la crítica realidad económica que se traduce en un total desabastecimiento de todos los bienes y servicios elementales que está afectando a la población cubana en la actualidad", dijo a Radio Martí el vocero de la organización, Énix Berrio.
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La MUAD considera que las disfunciones del modelo económico cubano han llevado a la crisis actual, que según economistas podría desencadenar en una "depresión económica".
En medio de esta situación, "el juego con el hambre es un manejo oportunista y político" por parte de las autoridades gubernamentales en la isla "que les permite justificar un atrincheramiento del comunismo acorralado", que desata contra la ciudadanía una suerte de violencia "a través de una propaganda política feroz, desarticuladora, desmovilizadora" que tiene como centro a Estados Unidos y su política hacia Cuba, señaló Berrio.
Al respecto, el documento señala que "el desabastecimiento como medio de generar un estado de opinión contrario a las medidas de presión implementadas por Estados Unidos desconoce que es sobre seres humanos que se apoya. Desde el año 2001, los Estados Unidos ignoraron el embargo a Cuba y liberaron la venta de alimentos por razones humanitarias".
Durante una intervención en la II Convención de Comercio, Cuba 2019, celebrada en La Habana esta semana, Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, "enfatizó en las maneras en que el comercio interior es afectado por el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba por Estados Unidos", según un reporte del diario oficialista Granma reproducido en el sitio en internet del Ministerio de Comercio Interior.
Esta estrategia del gobierno persigue "desarticular la sociedad civil y la oposición", subrayó el vocero de la MUAD. "Es un entramado de intenciones que (...) se está movilizando incluso a nivel normativo" -añadió el opositor y mencionó la Ley 88 o Ley Mordaza- para justificar una "suerte de involución de las libertades más elementales".
La MUAD hace un llamado en el documento "a que se liberen las fuerzas productivas y que cambie el modelo [económico] en un contexto de apertura democrática", dijo Berrio.
La organización opositora dirigirá el documento a las autoridades cubanas: el Consejo de Estado y de Ministros, el Partido Comunista de Cuba, los titulares de las carteras de los ministerios y a las organizaciones de la sociedad civil "para que conozcan el pronunciamiento".
A continuación puede consultar el documento íntegro de la MUAD:
El hambre no es una estrategia
La Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD) rechaza la situación de desabastecimientos y escasez de alimentos en Cuba.
Las imágenes de las aglomeraciones, las peleas y el estrés social que se vive en las tiendas de alimentos, cuyos precios exceden la suma de varios salarios medios cuando se le quiere servir a una familia más de dos o tres veces en una semana, no enoja: escandaliza.
Es una vergüenza que el Gobierno cubano se pronuncie con tanta parsimonia y los medios de difusión hablen de crecimientos productivos, mientras los cubanos corren en desbandada frente a la noticia de que en algún mercado hay pollo congelado.
La ausencia de estos alimentos no obedece a falta de liquidez alguna, toda vez que los cubanos pagamos un precio que excede el que por sus similares se paga en el resto del mundo.
El desabastecimiento como medio de generar un estado de opinión contrario a las medidas de presión implementadas por el Gobierno de los Estados Unidos, desconoce que es sobre seres humanos que se apoya. Desde el año 2001 los Estados Unidos ignoraron el embargo a Cuba y liberaron la venta de alimentos por razones humanitarias.
El uso con fines políticos de las difíciles condiciones alimentarias, la exageración de la liturgia de la resistencia y la inculpación del embargo estadounidense son una estrategia. La hemos vivido por sesenta años y la sufrimos en los años noventa del pasado siglo de manera cruel. Pero es una estrategia perversa.
Desde que Raúl Castro asumió el poder en el 2006, generó expectativas al criticar el desabastecimiento y promover medidas importantes para el desarrollo del sector privado, en un ambiente general de búsqueda de resultados.
Hoy es posible decir que ningún grupo productivo ha tenido mayores resultados en los años transcurridos que los emprendedores cubanos. Resultados acompañados de productos dirigidos a las necesidades de la población, con precios asequibles y un sorprendente reencuentro con el buen trato y la política de respeto hacia el cliente.
Nada semejante, ni en el monto de los salarios de los trabajadores relacionados con el sector, ni en la calidad de sus servicios y la utilidad para los cubanos, pueden exhibir la inversión extranjera ni la llamada empresa estatal socialista, que siguen siendo, sin embargo, los que disfrutan de la explotación de grandes áreas de desarrollo económico, ejércitos de asalariados y exenciones fiscales de las que carecen los emprendedores cubanos.
Esa es otra estrategia y es más humana. Liberar de ataduras a los emprendedores, reconocer su personalidad jurídica y permitir la importación amplia de cuantas necesidades tienen, no solo para los descendientes de quienes hoy detentan el poder en Cuba y que incursionan con todas las ventajas en el sector, sino para el conjunto de la nación.
Del mismo modo levantar las prohibiciones absurdas que impiden la producción campesina y ganadera. Facilitar la adquisición de medios de transporte modernos, el desarrollo de industrias de procesamiento, refrigeración y derivados.
En resumen, que el Estado deje de estorbar la capacidad productiva de la nación y se convierta en su facilitador. Esa es la demanda esencial que desde la Muad hacemos al gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, carente de la legitimidad que otorga el ser elegido por el pueblo, pero obligado por la responsabilidad del cargo que ocupa. Si le parece una tarea imposible, le instamos a que se eche a un lado, sobramos los cubanos y cubanas que la podemos emprender con responsabilidad y respeto.
Por último, deseamos recordar que para la Muad no son los derechos económicos una entidad disociada de los derechos políticos. La Libertad en términos democráticos los incluye todos. Por eso demandamos al régimen cubano que ratifique los Pactos Internacionales de Derechos Humanos que los contemplan como un sistema indisociable.
Deseamos recordar al sector privado que la mira no debe estar puesta solo en el crecimiento de los negocios, sino en producir para clientes libres y hacerlo con trabajadores soberanos. Es la única estrategia digna de nuestra condición humana.
Secretaría Ejecutiva de la MUAD
La Habana, 21 de mayo de 2019
(A partir de reportes de Tomás Cardoso e Ivette Pacheco para Radio Martí)