Cocinero cubano, el héroe del momento en Uruguay tras salvar la vida a un cliente

Harold Cuesta. (Captura de video/Subrayado)

"Le saqué la lengua, lo puse de costado para que no tragara saliva e hiciera una broncoaspiración, y luego comencé a realizarle los primeros auxilios: reanimación cardíaca y boca a boca", explicó el cubano, de 29 años, licenciado en radiofísica médica, que llegó a Uruguay hace cinco meses

Un técnico cubano de la salud que trabaja como cocinero en un restaurante de Montevideo le salvó la vida a uno de los clientes el pasado sábado, informó el diario El País, de Uruguay.

El cliente cayó de golpe al piso poco después de sentarse a la mesa junto a su mujer, y antes de ordenar su cena en el Restaurante La Pasiva.

“Estaba preparando un chivito de salmón para un cliente cuando escuché los gritos", contó al diario Harold Cuesta, quien enseguida corrió hasta el lugar y vio que el hombre estaba tendido en el suelo, con la lengua hacia adentro y sin poder respirar.

"Le saqué la lengua, lo puse de costado para que no tragara saliva e hiciera una broncoaspiración, y luego comencé a realizarle los primeros auxilios: reanimación cardíaca y boca a boca", explicó el cubano, de 29 años, licenciado en radiofísica médica, que llegó a Uruguay hace cinco meses.

Cuesta estuvo reanimando al cliente durante casi 15 minutos, tiempo que demoró la ambulancia en llegar al lugar. "Mientras le estaba haciendo la reanimación, el paciente hizo una respiración fuerte y volvió en sí", relató.

Un día después, el primo del cliente llamó a La Pasiva y le dejó un mensaje al cubano. "Me mandó felicitaciones y dijo que estaba muy agradecido. Parece que el señor ya está mejor", dijo.

Cuesta llegó a Uruguay con su esposa hace cinco meses. Salió de La Habana rumbo a Guyana (donde no piden visa), cruzó a Brasil de forma ilegal y luego de un largo periplo (que no detalló) entró a Uruguay por la frontera de Rivera.

Allí pidió ingresar en calidad de refugiado y se lo concedieron. Le dieron también una cédula provisoria, lo que le permitió, a un mes de haber llegado a Montevideo, conseguir el trabajo en La Pasiva. Su esposa trabaja en otro local.

"Ahora estoy tramitando la residencia", contó a El País. Su plan es quedarse a vivir en Uruguay. "Es un país muy agradable, ameno y acogedor", dijo.

"Me vine porque aquí a los profesionales de mi área les pagan más, pero no he podido ejercer porque la revalidación sale muy cara, cerca de 2 mil dólares", afirmó.

Un número cada vez mayor de cubanos que llegan a Uruguay sin documentación e intentan regularizar su estatus aprovechando las facilidades que ofrece la ley de migración del país sudamericano, lo que ha disparado las cifras de solicitudes de refugio en el primer trimestre del año 2018.

De nueve solicitudes de refugio que se presentaron en 2015, el número fue en aumento, con 370 en 2016, 2.146 en 2017, y en lo que va de 2018, 2.025, por lo que se espera un nuevo record para este año, señaló el pasado jueves el diario uruguayo El Observador.

(Con información de El País de Uruguay y Archivo Martí Noticias)