El cubano Armando Sosa González, de 24 años, único sobreviviente del trágico accidente entre un taxi y un automóvil rentado en el sur de Brasil, fue dado de alta este martes en el hospital Santa Casa de Río Grande, aunque aún permanecía en el lugar en espera de detalles de su salida, reporta el sitio de noticias de Porto Alegre Gauchazh.
Sosa González estaba internado desde el 1 de enero de 2018, cuando el taxi del aeropuerto local Salgado Filho en el que viajaba, un Chevrolet Cobalt, chocó con un Ford Fiesta Titanium.
En el taxi murieron el conductor, Maurício Popow y otros tres cubanos: Reynaldo Delgado Díaz, de 45 años; Niurka García Roque, de 46,; y Osmani Hidalgo Leyva, de 21. En el Fiesta, con placas de Santa Victoria del Palmar, fallecieron otras cuatro personas, sumando ocho víctimas mortales.
Después del choque, Armando fue trasladado a la Unidad de Terapia Intensiva del Santa Casa de Rio Grande debido a los múltiples traumas que sufrió. Más de un mes después, puede caminar con la ayuda de muletas. Se ha informado que, tras la conclusión de los trámites, seguirá viaje hacia Porto Alegre, donde tomará una avión de regreso a Cuba.
En la semana del accidente, un hermano suyo, Adrián, que vive en Miami, hizo contacto con el hospital e informó que pretendía viajar a Brasil para visitarlo y recuperar las pertenencias de su familiar, ya que Armando llevaba consigo casi 3.000 dólares.
El mortal accidente expuso una reciente ruta migratoria de los cubanos que atraviesan Brasil, en la que el estado de Río Grande do Sul es el último tramo antes de llegar a Uruguay.
La mayoría ve a ese país del cono sur como un trampolín para llegar a ciudades norteamericanas como Miami. Reynaldo y Niurka, una pareja que falleció en el accidente, planeaban llegar a Jacksonville, Florida, donde él tenía un familiar.
Los cuatro cubanos involucrados en el siniestro formaban parte de un grupo mayor, integrado por 25 compatriotas que salieron de La Habana en los últimos días de diciembre de 2017. Ingresaron a Brasil cruzando un río en la frontera entre Guyana, país que no les exige visas, y el norteño estado brasileño de Roraima.
Aunque Estados Unidos es el destino soñado, muchos cubanos se están quedando por el camino. Algunos fijan vivienda en Uruguay, atraídos por la facilidad para adquirir los documentos de legalización migratoria. Un número menor, está pidiendo refugio en Brasil, estableciéndose en ciudades fronterizas como Chuí y Santana do Livramento.
En la primera de esas localidades han solicitado refugio Luis Torres Molina, de 47 años, e Ivon Rodríguez Pérez, de 44, una pareja que formaba parte del grupo original que salió de La Habana y conocía a los involucrados en el accidente.
Tras cerrárseles en enero de 2017 la entrada automática a Estados Unidos con el fin de la política de pies secos, cientos de migrantes cubanos están llegando a otros países latinoamericanos como Chile, Perú, Uruguay, Brasil y Argentina.