Con el país en la peor crisis en décadas, Castro y Díaz-Canel presiden debate sobre temas que no apremian a los cubanos

Cubanos hacen colas en la capital

Desde el lunes 26 de octubre sesiona el quinto periodo ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) de Cuba y este miércoles se someterán a aprobación cuatro proyectos de ley, que, al parecer, dejan a un lado los problemas más apremiantes para los cubanos: la alimentación, la crisis de salud, la creciente dolarización de la economía y el generalizado descontento popular evidenciado cada vez con más fuerzas en las redes sociales.

El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, y el gobernante Miguel Díaz-Canel, y solo 225 parlamentarios (del total de 605 diputados) participaron en el evento celebrado en el Palacio de las Convenciones de la Habana, el resto lo hizo desde sus provincias a través de videoconferencias, esto debido a la situación con el coronavirus.

El encuentro de hoy someterá a aprobación cuatro proyectos de ley, uno sobre el Presidente y Vicepresidente de la República, la Ley del Servicio Exterior, la Ley de la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros y la Ley de revocación de los elegidos a los órganos del Poder Popular.

Cubanos residentes en la isla, entrevistados por Radio Televisión Martí concluyen que el Parlamento Nacional no es tomado en serio por la ciudadanía, debido a que es visto como una extensión del Partido Comunista, donde no se debaten los temas de interés para los nacionales.

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Reportaje de Tomás Cardoso


La observadora de procesos electorales, Aimara Peña González, que reside en la provincia de Sancti Spíritus, considera que la Asamblea Nacional, carece del debate en los asuntos importantes para el pueblo, y no hay diversidad de opiniones entre los delegados.

“No me siento representada en lo absoluto en ese parlamento, ni por esos diputados que están allí. La unanimidad es una de sus características más atroces en todos los procesos que ellos llevan adelante”, señaló la activista.

Desde la Habana, Juan Manuel Moreno, secretario ejecutivo de la organización opositora Candidatos por el Cambio, considera que ese parlamento no es más que otra muestra de la continuidad de las violaciones de los derechos constitucionales y electorales de los ciudadanos cubanos.

“No hay una ofensa más grande para la democracia que una unanimidad consensuada, sabemos que ese parlamento es monitoreado por el Partido Comunista”, apuntó Moreno.

El periodista independiente Adriano Castañeda, quien reside en el territorio espirituano, recuerda que los miembros de la Asamblea Nacional son designados por una oscura comisión, determinada por el partido.

“El pueblo cubano no tiene derecho a escoger a sus representantes y la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional son militantes del Partido Comunista de Cuba”, recordó el comunicador.

Para el abogado Alberto Méndez Castelló en esa casa parlamentaría hay una absoluta falta de representatividad.

“Los que están allí sentados y que integran ese parlamento, saben muy bien que ellos lo único que tienen que hacer es asentir, no pueden disentir en ningún momento”, dijo el letrado.

En Camagüey, Henry Constantín, director de la revista La Hora de Cuba y representante para Cuba de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), considera que hay un total desinterés del pueblo con lo que ocurra en el parlamento porque allí se ignoran los tópicos importantes de interés nacional.

“Ninguno toca los problemas reales de la ciudadanía cubana, ninguno habla de los bajos salarios, toca el problema de la emigración en la isla, y ninguno toca la situación con la cerrazón económica que vive el cubano, que les asfixia prácticamente”, afirmó Henry.

Y para el activista político en la capital cubana, Pedro Acosta, el régimen tiene el propósito de tratar de mostrar, al menos internacionalmente, que realmente hay un Órgano Legislativo independiente en el país, cuando todo el mundo sabe que no es más que una pantalla del Partido Comunista.

“Está por ver que esa asamblea derogue, o no apruebe, una ley que pongan en sus manos, jamás han rechazado los deseos del partido”, concluyó Acosta.