Crece la frustración entre los trabajadores independientes en Cuba

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Emprendedores cubanos demandan la restitución de las 27 categorías de trabajo privado

Cuentapropistas critican la intromisión constante del gobierno en el incipiente sector privado, y la implementación de medidas que en su opinión van en detrimento de su desarrollo.

Cuentapropistas, dueños de pequeños negocios y taxistas han reaccionado con preocupación ante las nuevas medidas adoptadas por el gobierno cubano que suspenden temporalmente el permiso para nuevas licencias y lo cancelan en algunos casos.

“En vez de hacer más reglamentos y códigos, liberalizar un poco más. Cuba necesita que el gobierno se retire un poco de la economía”, dijo a Martí Noticias desde La Habana, Eduardo Amaro. “El gobierno ha probado en 60 años que no es para nada eficiente”, agregó.

Yoel Espinosa, dueño de una cafetería en Santa Clara, dijo que “el primer perjudicado es el Estado, que no va a tener ganancias, ni ningún tipo de bonificación de esta fuerza de trabajo, por esta impedimenta”.

Para la pedagoga independiente de Sancti Spiritus, Yorsi Kelly Sánchez, “el gobierno le tiene miedo al cuentapropista porque ya no depende de un salario, temen que el obrero se le vaya a la calle, temen que (...) dejen los centros de trabajo, porque la mayoría de las personas que han estado abriendo fuentes de trabajo como merenderos, paladares y hostales, son los médicos y los profesores”.

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Cuentapropistas cubanos, disgustados con nuevas medidas

Las medidas anunciadas en la Resolución 22/17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, publicadas el pasado martes en la Gaceta Oficial Extraordinaria, han generado igualmente un amplio abanico de comentarios críticos en las redes sociales dentro de Cuba.

El bloguero y cuentapropista, Alejandro Rodríguez, ex periodista del diario Adelante en la provincia de Camagüey, se refirió a las consecuencias de las licencias canceladas definitivamente por la resolución.

“Entre ellas están la licencia de carretillero o vendedor ambulante de productos del agro y la de comprador-vendedor de discos.

La primera, además de amparar a un personaje folclórico del paisaje urbano desde el año de la corneta, tiene que ver con la alimentación de la gente: quienes viven en repartos apartados, por ejemplo, dependen de los carretilleros para acceder a frutas, viandas y hortalizas, que de otra forma no consumirían con regularidad.

Y la segunda, más que a vender discos de uso, siempre se dedicó a la comercialización del Paquete Semanal, que es hoy— a falta de televisión entretenida o Internet asequible—, la principal fuente de ocio regular en la mayoría de los hogares del país”, dijo Rodríguez en un post titulado, “Trabajo por cuenta propia: arranca el “perfeccionamiento” anunciado…”, publicado en su blog Alejo3399.

Boteros en la mira

En el contexto del “perfeccionamiento” del trabajo por cuenta propia, la viceministra de Transporte, Marta Oramas Rivero, anunció el pasado domingo detalles de una nueva reglamentación para los choferes de alquiler, conocidos como "boteros", en la ciudad de La Habana.

“Este experimento consiste en ordenar el servicio público que hoy brindan los taxistas privados con medios automotores con capacidades entre 4 y 14 pasajeros”, señaló Oramas en la edición del mediodía del Noticiero de la Televisión Cubana.

Oramas aclaró que el experimento prevé el diseño de un grupo de piqueras con rutas asociadas, itinerarios fijos y precios preestablecidos de cinco pesos de tramos hasta 8 kilómetros.

“El precio de la ruta total es la suma de estos segmentos. Este sistema de piqueras será operado por una entidad estatal, y no por una cooperativa con la cual los porteadores privados que decidan participar en el experimento tienen que establecer relaciones contractuales”.

Dentro de los “beneficios” que obtendrían los participantes se encuentran la venta de combustible a precio diferenciado y la adquisición de partes y piezas en el mercado mayorista a partir de la disponibilidad existente.

“Ningún negocio que se haga con el Estado cubano es bueno. Nos hemos mantenido hasta ahora nosotros solos, no necesitamos de la ‘ayuda del Estado’. dijo al sitio digital Cubanet, Rodrígo Hernández, un taxista que cubre la ruta de Santiago-La Habana.

“Pienso que esto no es para nada bueno, ellos piensan que nosotros somos millonarios, y quieren que trabajemos por 20 dólares al mes como hacen con los médicos y los profesionales. En lo particular, no pienso entrar en ningún convenio con el Estado, y estoy seguro que mis compañeros tampoco”, agregó Hernández.

(Redactado por Pablo Alfonso, con reporte de Adriel Reyes e información de Cubanet y redes sociales)