Las autoridades de Cuba iniciarán, el 1º de septiembre, la movilización de jóvenes para el Servicio Militar Activo en un momento de rebrote del COVID 19 en casi todas las provincias cubanas.
“Me parece muy arriesgado movilizar para el Servicio Militar en medio de una pandemia. Más, cuando la cantidad de casos ha crecido y el Estado enfrenta tan terrible situación económica que no puede proveer lo más básico: alimentos a la población. Entonces están gastando medios que debieran usarse para fomentar el sector productivo”, dijo a Radio Televisión Martí el periodista independiente Waldo Fernández Cuenca desde La Habana.
Una nota firmada por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias informa que el proceso se reanudará ante "la necesidad de mantener la capacidad defensiva del país, y con el objetivo de asegurar el completamiento de esas instituciones armadas".
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La opinión de Waldo Fernández Cuenca
“El régimen durante muchos años ha apelado a una supuesta invasión, a una guerra con los Estados Unidos, cosa que no ha sucedido y que no va a suceder y que nunca estuvo en los planes de ninguna de las administraciones de Estados Unidos. Es una pérdida de tiempo y un derroche injustificado de recursos. El ejército cubano es extremadamente grande en proporción a su población. No hay ningún gobierno interesado en apoderarse de Cuba ni de invadir a Cuba. No estamos en el siglo XIX”, resaltó el comunicador de 35 años.
Los reclutados residen en las provincias de Pinar del Río, Mayabeque, Artemisa, La Habana e Isla de Pinos y cumplirán el servicio en otros lugares del territorio nacional.
En Cuba el servicio militar es obligatorio para los varones a partir de los 17 años y se mantiene su registro hasta los 43.
Aquellos que están optando por ingresar a la Educación Superior deberán incorporarse al Servicio Militar Activo en los meses de noviembre y diciembre y serán licenciados en agosto de 2021, una excepción que se otorga a los estudiantes que obtengan una carrera universitaria antes de ser alistados.
“Tienen que perder un año de sus vidas” pues antes de comenzar sus estudios superiores se les exige pasar el Servicio, de no hacerlo pierden el derecho a entrar en la universidad, indicó Fernández Cuenca.
La participación forzada en la actividad militar expone a los jóvenes a condiciones en las que peligra su futuro e incluso, su vida. El rechazo es tal que algunos llegan a autolesionarse para intentar evadir los 14 meses o dos años que pudiera durar su Servicio Militar.
En un artículo publicado en la revista Gatopardo, el periodista Abraham Jiménez Enoa señaló que “hay muchos adolescentes que pasan de rasurarse el rostro por primera vez en su vida, a la muerte. Muchachos que duermen por primera y última vez fuera de casa. Casi niños que toman en sus manos por primera y última vez un arma. Chicos que nunca se habían ido a otra ciudad y que ahora que lo hacen, no regresan. Gente que comienza a preguntarse qué es la muerte y recibe una muy pronta respuesta. Muchachos que se ven obligados a convivir con ella porque no tienen más opción. Jóvenes que tienen un arma en una mano cuando ni siquiera han aprendido a respetar el compromiso que hicieron con sus madres de sacar la basura de casa y depositarla en el latón de la esquina”.
Las penas por infringir el servicio militar pueden ser drásticas. Los que quebrantan el reclutamiento son perseguidos y hasta encarcelados.
En 2007, cuatro muchachos que cumplían el Servicio Militar Obligatorio se amotinaron y trataron de desertar de la unidad militar donde estaban alistados para escapar del país ilegalmente. En la trifulca resultaron muertos dos militares. Fueron condenados por los delitos de “infracción de normas de guardia”, “deserción”, “uso de armas de fuego y otros medios”, “asesinato” e “intento de salida ilegal” a penas de entre 25 años y cadena perpetua, Leandro Cerezo Sirut de 20 años de edad, Yoan Torres Martínez de 21 años, Alain Forbes Lamorú de 20 y Karel De Miranda Rubio de 19. El civil Ridel Lescaylle Veloz de 31 años a 15.
El artículo 20 de la Ley de los delitos militares establece que “el que, para evadir el cumplimiento de sus obligaciones con el servicio militar, se autolesione o intencionalmente contraiga cualquier enfermedad, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a cinco años”.
Cuba está entre las 66 naciones del mundo que mantienen el servicio militar obligatorio, según el sitio español El Orden Mundial, EOM.