La mutación de las políticas económicas en Cuba ha hecho que los pequeños empresarios locales estén sacando provecho de una oportunidad única en su vida, como descubrió de primera mano el empresario Marcus Lemonis en una reciente visita a la isla, destaca este jueves la cadena CNBC.
Lemonis viajó a La Habana para la filmación de una edición especial de “The Profit” (“La Ganancia”), un show de ese canal televisivo en el que explora el incipiente mundo de los emprendedores cubanos.
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El empresario entrevistó para el show a los dueños de cinco negocios privados, quienes "han desafiado circunstancias que serían impensables para la mayoría de los estadounidenses”, señaló CNBC, que publica además un reportaje fotográfico con las historias de cada uno de ellos.
El reportaje narra como estos emprendedores cambiaron sus profesiones para llevar adelante sus pequeñas empresas: de ingenieros, profesores y dentistas a panaderos y pequeños agricultores.
Así, los hermanos Sandra y Tony Camacho Rodríguez tenían empleos acordes con su formación académica: Sandra sobresalió en odontología y Tony en ingeniería mecánica. Pero en 2013, después de encontrar el éxito vendiendo galletas y tartas fuera de su casa, el dúo fundó Camacho Rodríguez Brothers Bakery.
"La razón por la que veo una oportunidad aquí es porque no es fácil", dijo Tony Camacho Rodríguez. "Si fuera fácil... usted sabe cuántas personas habrían abierto una panadería?"
Incluso la agricultura está ofreciendo renovado optimismo, como se aprecia en el caso del ex profesor Fernando Funes Monzote, quien aprendió a cultivar rápidamente después de abandonar la sala de clase en que había enseñado durante 20 años.
Funes Monzote ahora dirige "Finca Marta", un pedazo de 18 acres de tierras de cultivo que rinde más de 60 tipos de verduras, lo que según Lemonis le permite abastecer a los mejores restaurantes de La Habana en un auto Lada de la era soviética, restaurado con piezas de repuesto.
En un mercado antiguo de la La Habana, la ex peluquera Sandra Aldama está fraguando un negocio fuera de su cocina.
Ella fundó la compañía de jabón artesanal D'Brujas después de experimentar con sus propios jabones y champús caseros - algo que aprendió de su abuela, que había trabajado en una fábrica de cosméticos antes de la revolución. Cada jabón lo vende en alrededor de 2$.
Kirenia Reguera, por su parte, está tratando de obtener un título en economía por el crecimiento de su negocio de diseño de vestuario de cine y televisión. Reguera ya se ha hecho un nombre por sí misma, y la operación se ejecuta dentro de un pequeño cuarto trasero en su casa.
Enrique Nuñez, otro de los emprendedores entrevistados por Lemonis, abandonó su carrera como ingeniero de telecomunicaciones para invertir junto a su esposa todo lo tenían en la apertura de un restaurante en La Habana.
"Nunca fue uno de mis sueños el salir de mi país. Quiero que mi hija crezca donde nació....", señaló.