En Cuba no existen las compañías de seguro para pagar por los daños en una vivienda o la perdida de un auto, que trae el paso de un huracán. El Estado es el único que vende materiales de construcción y decide los precios y el monto a financiar.
Las autoridades acaban de anunciar que se financiará el 50 por ciento de los materiales de construcción que necesiten las personas cuyas viviendas fueron destruidas de manera parcial o total en las provincias de Holguín y Guantánamo. El otro 50 por ciento lo debe pagar la persona afectada.
Los bancos en Cuba que dan préstamos personales para la compra de materiales de construcción tienen establecido sus políticas al respecto. El Banco Metropolitano ofrece un 9 % para esos fines, por 120 meses, aunque hay excepciones que van hasta los 180 meses. Para el Banco Popular de Ahorro (BPA), que tienes 4 sucursales en Guantánamo y 24 en Holguín, los préstamos son a un 8 % de interés, pero solamente por 60 meses.
Hace dos años, en mayo del 2014, las sucursales de BPA en el oriente del país se quejaban a la prensa de la insuficiencia de materiales de construcción en la zona “muy demandados en los puntos de venta de Comercio y hasta en las tiendas recaudadoras de divisa”. Debido a la escasa producción de materiales de la construcción, los bancos tienen “una limitante, sobre todo para la ejecución completa del financiamiento aprobado; pues del monto total erogado, más de cinco millones de pesos no han sido extraídos debido a la falta de materiales”, declaró entonces Solaine Meireles, subdirectora comercial del BPA en Granma.
Con el paso de Matthew, el 70 por ciento de los hogares de Baracoa fue impactado por el huracán y según las autoridades locales unas 9 mil 210 viviendas fueron dañadas. De esas unas 150 quedaron destruidas completamente, 1 391 de forma parcial, y sin techo más de 7 mil y 4 371 de esos techos dañados son irrecuperables.
Con un mecanismo de evaluación que pasa por el Consejo de Defensa Municipal (CDM) para determinar el monto y aprobar los recursos a asignar, entonces los afectados pedirán un crédito bancario con “menores tasas de interés y mayores plazos de pago”. Aquellas personas que no tienen ingresos suficientes para que el banco les otorgue crédito tendrán que acudir de nuevo al CDM para un “subsidio o bonificación parcial o total”.
En Punta de Maisí de unas 600 casas que existían, solo 20 quedan en pie y en la Llana solo dos viviendas están en pie de 13 que tenía el poblado.Entre esas que se perdieron está la de Dolores Matos, de 87 años de edad, una candidata segura a que le bonifiquen la suma total de la reconstrucción de la vivienda, pues no cuenta con suficientes recursos para que pagar por un préstamo.