Infinidad de guías de turismo para conocer Cuba se anuncian en sitios de internet, y en sus correspondientes perfiles de Facebook. En muchos casos, esas páginas terminan siendo clasificados de la prostitución gay.
Un simple clic en páginas de Facebook de sitios como MiCayito, LaHabana.com y Planet Romeo conecta de inmediato a los turistas empeñados en visitar Cuba con los jóvenes que brindan servicio de guías turísticos en la isla.
Víctor Dueñas, de 22 años de edad y residente en Santo Domingo, Villa Clara, es activista de la comunidad LGTBI (lesbianas, gais, transgéneros bisexuales e intersexuales) y señala que el servicio de guía se realiza con personas del mismo sexo que visitan la isla.
"La mayoría de los varones que se tarifan son egresados de la Universidad y es increíble el nivel de prostitución masculina que existe en Cuba", aseguró Dueñas, quien cursó dos años de Ingeniería en la Universidad Marta Abreu de La Villas donde entabló amistad con egresados del centro docente que se dedican al sexo por dinero.
"Mis conocidos le llaman el servicio TNT que significa (Trabajo Nocturno al Turista). Ellos cuentan que las tarifas varían según la región donde realices el servicio y los horarios. Los más favorecidos son los que pueden conseguir a un extranjero porque se ofertan como guías", asegura el activista de la Fundación por los Derechos LGTBI.
Los clientes reservan el servicio desde páginas de clasificados en internet donde constantemente aparecen anuncios convocando a jóvenes cubanos a solicitar empleo como guías turísticos.
Para ello deben tener entre 18 y 28 años, dominar idiomas, conocer la cultura y los lugares de interés turísticos de la isla, entre otros requisitos. Además de enviar un curriculum vitae y una fotografía.
En la práctica, lo que necesita el turista es un chico que "le preste el servicio por una cantidad de dólares determinado que ellos convenian según el tipo de trabajo sexual que haga", explica Dueñas.
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El auge de ese tipo de alquiler aumentó a partir de que se abrió mucho más la posibilidad de conectarse desde cualquier ciudad de Cuba a las páginas de Facebook donde se promocionan los servicios de "guías" y a las que acude el interesado en visitar la isla, dijo Dueñas.
"Basta escribir en Google palabras como sexo, chicos, cubanos, tarifas... y afloran en el buscador páginas destinadas única y exclusivamente a estos fines", escribió en Cubanet Ernesto Pérez Chang en un artículo dedicado al tema.
"Ernesto, un joven graduado universitario que
no encontraba trabajo en Holguín, su provincia natal, llegó y se instaló a vivir en La Habana hace dos años no gracias a su currículum académico sino a un par de imágenes de su cuerpo desnudo: 'Me las vi negras y sin pensarlo mucho mandé las fotos', cuenta Ernesto. 'Enseguida me llamaron y aquí estoy. (…) Decía [el anuncio] que era para guías de turismo pero cuando te piden fotos ya uno sabe lo que están buscando", relata en su crónica.
Un artículo publicado en el periódico oficial Vanguardia, de Villa Clara, recoge testimonios de jóvenes de la ciudad de Santa Clara y aborda las diferencias de categorías en el ejercicio de la prostitución masculina.
Los periodistas Luis Orlando León Carpio y Leslie Díaz Monserrat en su artículo titulado "Hacer la calle" explican que en Santa Clara hay lo que denominan "tres clases sociales: baja, media y alta".
"En la primera están los que practican en exteriores (le llaman hacer la calle) y cobran 80 pesos en moneda nacional y casi siempre se da entre cubanos. La clase media incluye a quienes piden 5 o 10 CUC, quizás una muda de ropa, un par de zapatos, etc, y son más exigentes. Y por último, los de la clase alta que son los que consiguen a los extranjeros mediante internet y hacen citas online", detalla la nota publicada en el periódico provincial.
El cobro depende del país de origen: a un mexicano le piden unos 20 CUC y a un norteamericano entre 50 Cuc y 60 Cuc, dato que aporta la investigación y que corrobora a Martí Noticias Víctor Dueñas.
En Cuba las leyes establecen el delito de proxenetismo y la trata de personas, y sanciona a quien vive del comercio carnal. Las sanciones dependen de las personas que utilice el proxeneta en el ejercicio de la prostitución, y van de 4 a 30 años de privación de libertad, advierte el artículo de Vanguardia.
El doctor Julio César González Pagés, investigador de temas relacionados con la masculinidad, dijo a los periodistas que los casos de sanción por prostitución masculina no llegan a los tribunales con mucha frecuencia, pues resulta más difícil comprobar que se dedican a esta actividad.
El joven activista Dueñas lamentó que sitios de internet se presten para esos servicios y advirtió que hay muchas páginas a las que sus amigos de la comunidad gay entran porque ven un título o la bandera que los identifica y luego descubren lo que hay detrás.
"Allí están los que buscamos una identidad y relación como comunidad mundial y los que se prostituyen para ganar un 'dinero fácil'", dijo.
"Los activistas que somos figuras públicas en la comunidad LGTBI tenemos que estar muy alertas con esos sitios pero no podemos excluirnos de luchar por nuestros objetivos e interactuar con otros gais en diferentes partes del mundo", dijo el joven.
"Soy de los que piensa que debemos ver muy bien lo que uno escribe y dónde le damos clic a un Me Gusta", concluyó Dueñas, quien lamenta que la defensa de los derechos LGBTI termine sirviendo a la prostitución.