Dos altas funcionarias de Derechos Humanos de las Naciones Unidas exigieron al gobierno cubano pruebas de que garantiza a todos los médicos y otros profesionales cubanos que trabajan en el extranjero condiciones de trabajo y de vida dignas.
Maria Grazia Giammarinaro (Relatora especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de las víctimas de la trata de personas, especialmente mujeres y niños) y Urmila Bhoola (Relatora Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias) dieron un plazo de 60 días para recibir una respuesta de La Habana, de lo contrario harían pública esta misiva con fecha 6 de noviembre, que se conoce este lunes.
Ambas reconocen el aporte de los médicos cubanos pero, al mismo tiempo, les preocupa las condiciones de trabajo y de vida en aquellos países a donde son enviados, los pagos salariales inadecuados y que estén sometidos a presiones y a seguimiento por parte del gobierno cubano.
En la carta piden además que Cuba demuestre que “está evitando la separación familiar prolongada entre médicos que trabajan en el exterior y sus familiares que permanecen en Cuba” y que informe acerca de “los mecanismos de queja existentes para profesionales cubanos que quieran denunciar abuso o explotación laboral y de qué manera dichos canales o mecanismos puedan ser accedidos desde el extranjero”.
Lee también Presentan denuncia de trato a médicos cubanos ante Corte Penal InternacionalLa misiva de las relatoras corresponde a una denuncia realizada por el grupo Cuban PrisonersDefenders (CPD) el pasado 10 de mayo de 2019 con más de 110 testimonios.
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Las funcionarias indican una preocupación particular por las siguientes alegaciones hechas por CPD:
· Si bien la participación en las misiones es oficialmente voluntaria, muchos médicos se sienten presionados para acogerse a dichas misiones y temen represalias por parte de Gobierno de Cuba si no participan;
· En muchos países los médicos cubanos no recibirían un contrato de trabajo o si los tuvieran no siempre recibirían una copia del mismo;
· El Gobierno de Cuba recibiría una suma de dinero de los gobiernos anfitriones y pagaría a los trabajadores una parte de dichos fondos. Sin embargo, La Habana retendría un porcentaje significativo del salario que los países anfitriones pagan por los profesionales cubanos que hacen parte de una misión de internacionalización. En los países donde el gobierno anfitrión paga directamente al trabajador cubano, éste debe devolver al Gobierno de Cuba un porcentaje de su salario que aumentaría al 75% o hasta el 90% de su salario mensual. En muchos casos, el salario entregado a los trabajadores médicos no permitiría vivir dignamente; Además, el Gobierno de Cuba estaría “congelando” una parte del salario que los médicos pueden acceder únicamente tras su regreso al país pero, según información recibida, muchas veces no reciben de la totalidad del monto que les corresponde;
· Los médicos trabajarían 48 horas por semana más 16 adicionales de guardia, lo cual aumenta a un total de 64 horas semanales, muchas veces incluyendo sábados y domingos. El exceso de horas trabajadas ilustra la explotación laboral a la cual estarían sometidos los médicos cubanos en el exterior;
· La libertad de movimiento de los trabajadores cubanos en el país de destino estaría restringida y bajo vigilancia por funcionarios del Gobierno;
· El derecho a la privacidad estaría limitado por el control y seguimiento efectuado a los médicos, incluyendo la comunicación y las relaciones sostenidas con personas nacionales y extranjeras durante las misiones de internacionalización;
· En principio, los profesionales podrían regresar a Cuba de vacaciones una vez por año pero que dicho viaje sería muchas veces considerado como premio o según las circunstancias, podría ser negado como una forma de castigo;
· Si un profesional decide retirarse del trabajo en el exterior, se califica como “abandono de misión de trabajadores civiles” bajo del Código Penal de Cuba que en su artículo 135 (1) estipula que “el funcionario o empleado encargado de cumplir alguna misión en un país extranjero que la abandone, o, cumplida ésta, o requerido en cualquier momento para que regrese, se niegue, expresa o tácitamente, a hacerlo, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años”. Las mismas sanciones son aplicadas a profesionales que después de cumplir una misión en el extranjero deciden establecerse en otro país. Como consecuencia, muchas familias están separadas lo cual tiene un fuerte impacto negativo en su bienestar. Los médicos considerados desertores no están autorizados de regresar a Cuba durante ocho años y los familiares que permanecen en Cuba estarían sujetos a señalamientos y repercusiones por parte de entidades gubernamentales. Según anunció el vicepresidente del Consejo de Estado de Ministros, Roberto Morales Ojeda en febrero de 2019, el retorno de los médicos que se quedaron en Brasil desde la descontinuación del programa Mais Médicos está autorizado. Sin embargo, muchos de los profesionales afectados temen represalias si vuelven a Cuba.
· Muchos profesionales reportaron recibir amenazas regulares por parte de funcionarios estatales de Cuba en los países de destino y mujeres médicas han sufrido acoso sexual mientras se encontraban participando en misiones de internacionalización. Otros profesionales, entre ellos maestros, ingenieros o artistas estarían sometidos a condiciones de trabajo y de vida parecidas. Las condiciones de trabajo reportadas podrían elevarse a trabajo forzoso, según los indicadores de trabajo forzoso establecidos por la Organización Internacional de Trabajo. El trabajo forzoso constituye una forma contemporánea de esclavitud En relación con las alegaciones arriba mencionadas, sírvase encontrar adjunto el Anexo de referencias al derecho internacional de los derechos humanos el cual resume los instrumentos y principios internacionales pertinentes.
Lee también OEA: "La oscura realidad detrás de las misiones médicas cubanas" (VIDEO)Recientemente la Organización de Estados Americanos (OEA) celebró en Washington una conferencia titulada “La oscura realidad detrás de las misiones médicas cubanas” donde se abordaron muchas de estas denuncias.
Para el régimen cubano estas acciones que buscan ilustrar las condiciones de vida de los médicos en el exterior son parte de una "campaña difamatoria impulsada por la Casa Blanca".
Jorge Delgado, director de la Unidad Central de Cooperación Médica del Ministerio cubano de Salud Pública, dijo al diario oficialista Granma que los "cooperantes ofrecen sus servicios voluntariamente, impulsados por una convicción humanista, desinteresadamente, y asumen esa tarea como un genuino deber internacionalista".