Frutas cubanas: poca variedad y altos precios

Plátanos en mercado habanero.

La Habana - “Es mejor comprar pollo que unas libras de frutas, todo está muy caro ya no se puede ni hacer un batido o dulces en casa”, comentó Esther, madre de dos niños.

Recientemente concluyó el 8vo Encuentro Nacional de Cooperativas del Movimiento Frutales. Los medios divulgaron que el plan nacional del 2017 se sobre cumplido a un 105%. Pero estos números no están reflejados en los puestos de ventas y mercados agropecuarios.

Desde hace años las frutas dejaron de ser parte de la canasta básica para pasar a ocupar estantes en mercados agropecuarios y puntos de ventas privados.

Los precios de las frutas continúan elevados y la variedad de estos sigue siendo escasa.

No todos pueden comprar frutas.

“En este tiempo lo que tenemos es fruta bomba, piña, guayaba, melón y plátano, ahora comienza a entrar el mango. Pero me dices que aumentaron las cosechas de frutas y no te lo creo. Los campesinos y los intermediarios continúan subiendo los precios y eso es por la falta de productos”, comentó Fausto, dueño de dos puntos de ventas en la ciudad.

Los elevados costos de las frutas han subido hasta el precio de batidos en las cafeterías desde los 3 CUP el vaso hasta 5 o 10 CUP ahora.

Frutas como la piña al igual que el mango rondan los 10 CUP (45 centavos dólar) por unidad, más la guayaba se ha mantenido a 25 centavos dólar la libra en los dos últimos años.

Los vendedores privados culpan a los campesinos y a los intermediarios por los altos precios en que les venden los productos frutales.

Las frutas en Cuba continuan con sus altos precios

Más los consumidores le achacan la subida de precios a vendedores quienes son los que dan la cara a consumidores. "Yo invierto alrededor de 2000 pesos diarios en la compra de productos para mi puesto y las ganancias nunca sobrepasan el 30%, sin contar las pérdidas de la merma, el pago a los trabajadores y lo que recogen los inspectores”, comentó Jordán quien tiene un puesto de venta en Arroyo Naranjo.

“Nos llaman intermediarios porque les compramos de antemano toda la cosecha de frutas a los campesinos, luego nos encargamos de distribuirlas por los puntos de venta en la ciudad,” alegó un comprador bajo anonimato quien es dueño de dos camiones. “Claro que subimos el precio ese es nuestro negocio, pero en ocasiones también tenemos perdidas, y hay que pagar mucho dinero por fuera, como a la policía y a los inspectores y administradores de los mercados, solo por llevar las frutas”.