Terrorista americano que ejecutó a ocho personas vive tranquilamente en el oriente de Cuba

Ronald (Ishmael) LaBeet, fugitivo de la justicia de EE.UU. en su barrio de la ciudad de Holguín, Cuba.

Ronald (ahora Ishmael) LaBeet dirigió en 1972 la ejecución de ocho turistas y empleados en St. Croix, Islas Virgenes estadounidenses. Se fugó a Cuba en 1984 y vive enla zona oriental de Cuba, donde fue entrevistado el año pasado para un documental sobre el crimen.

Joanne Chesimard es probablemente la más conocida entre los fugitivos de la justicia estadounidense refugiados en Cuba. En 1973, en la autopista estatal Turnpike de Nueva Jersey, Chesimard remató a sangre fría durante un tiroteo al patrullero (ya herido de bala) Werner Foerster. Condenada en 1977 a cadena perpetua, se fugó en noviembre de 1979 de una prisión de Nueva Jersey, y reapareció en Cuba en 1984.

Chesimard es la única mujer que aparece en el cartel que distribuye el FBI con fotos de los terroristas internacionales más buscados. Sin embargo, su crimen palidece ante los que cometieron su compañero en la lista de los Más Buscados, Ronald LaBeet (rebautizado con el nombre islámico de Ishmael Muslim Alí ), y otros cuatro jóvenes de las Islas Vírgenes estadounidenses en 1972, en un complejo turístico de St. Croix.

LaBeet militó en el grupo paramilitar Panteras Negras después de recibir una baja deshonrosa del Ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. Después volvió a las Islas Vírgenes estadounidenses.

El 6 de septiembre de 1972, bajo su mando, los cinco emergieron armados, enmascarados y vestidos con ropa militar de los arbustos del campo de golf Fountain Valley, propiedad de la multimillonaria familia Rockefeller,

Según informes sobre lo sucedido, primero encontraron a cuatro residentes de Miami, dos parejas que pasaban allí sus vacaciones. Les ordenaron bajarse de su auto y arrodillarse, y sistemáticamente los fueron ejecutando con una escopeta de cartuchos y pistolas de calibre .45 y 9mm. Luego rociaron a balazos el bar en la terraza del clubhouse, dando muerte a otras cuatro personas. Según testigos, durante la masacre gritaban insultos raciales y anti-blancos. ​ Luego huyeron con 731 dólares tomados de la caja registradora y efectos personales de los asesinados.

Cada uno fue condenado en 1973 a ocho cadenas perpetuas consecutivas por asesinato en primer grado más otras sanciones por un total de 70 cargos. Durante el juicio, LaBeet escupía despectivamente.

Información sobre las sentencias de los autores del criimen de St.Croix.

Según el FBI, años más tarde, el 31 de diciembre de 1984, mientras era trasladado de St. Croix a una prisión en Nueva York, LaBeet usó una pistola que alguien escondió en el baño del avión para secuestrar el vuelo 626 de American Airlines y desviarlo hacia La Habana, Cuba .

A partir de ahí las autoridades estadounidenses le habían perdido la pista. El cartel del FBI dice “puede que resida en Cuba con su esposa e hijos”. Hasta que una periodista de St.Thomas, otra de las islas, supo de su paradero durante una visita a Cuba, por un canadiense que vacaciona con un grupo de amigos en la Mayor de las Antillas desde 1999.

LaBeet, quien ya forma parte del grupo, vive en Holguín, en el oriente de Cuba, cubanizado, con apartamento y libreta de racionamiento, después de haber cumplido algún tiempo (siete años) de prisión en la isla, solo por el secuestro del avión. Esto le dijo el canadiense Bill Chester en abril del 2015 a la editora del St. Thomas Source Shaun Pennington. Precisó que no le gusta hablar de lo que hizo en 1972 pero sí de política, y que es un comunista convencido.

(Otras fuentes consultadas por Martí Noticias aseguran que donde vivía este "refugiado político" del regimen cubano era en Las Tunas, cabecera de la provincia oriental del mismo nombre)

“Es difícil creer que fuera él quien lo hizo (el crimen de St Croix), es un buen tipo”, agregó el canadiense, y señaló que nunca ha tenido noticia de que LaBeet trabajara en Cuba, aunque recibe dinero "de manera intermitente".

Esta puede haber sido la pista que siguió el cineasta canadiense Jamie Kastner para filmar en 2016 su documental The Skyjacker's Tale, una reconstrucción de los hechos para la cual pudo contar con lo que le dijo en persona el propio LaBeet.

“Yo soy un revolucionario, no un criminal,”, dice en el trailer de la película, desde algún lugar de su santuario cubano, el líder de la ejecución a sangre fría de ocho personas inocentes en 1972. Por suerte Kastner también entrevistó al piloto, una azafata y pasajeros del vuelo de American y a una camarera testigo directo del crimen. Tal vez incluir en el filme a los familiares de los muertos habría resultado demasiado patético.