"Voy a liquidar mi licencia": la agonía del sector privado ante la reapertura

El cartel del "cerrado" en la paladar Nelson's Café en La Habana.

El gobierno cubano anunció este martes que el próximo 18 de junio comenzará la primera etapa de desescalada en todas las provincias y municipios del país, excepto en La Habana y Matanzas, pero cuentapropistas entrevistados por Radio Televisión Martí concluyen que se encuentran desamparados y que, sin ayuda financiera, no podrán reabrir sus negocios.

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El cuentapropismo una de las víctimas mas golpeadas por la pandemia

La hoja de ruta para la reapertura del país tras la pandemia, expuesta por las autoridades cubanas, no contempla una estrategia que permita abrir los negocios y crear empleos de manera sostenible, lamentó el máster en Ciencias Sociales, Ángel Marcelo Rodríguez Pita, que lleva varios años ofreciendo asesoramiento a los cuentapropistas.

"La mayoría de los cuentapropistas siente mucha incertidumbre y sabe que no hay respaldo para sus negocios", dijo el experto quien asegura que los sectores más vulnerables dentro del trabajo privado, no tendrán otra opción que cerrar sus negocios.

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Declaraciones de Ángel Marcelo Rodríguez Pita

Autoridades cubanas han recomendado a los emprendedores que se dedican a la modalidad de renta de hostales y habitaciones en la Habana, que deben apostar por ofrecerle el servicio a los nacionales, debido a la ausencia de turistas extranjeros, opción que no es viable, según la rentadora de Nuevo Vedado, Rebeca Monzó.

La también bloguera dice que los cubanos que tienen dinero prefieren hospedarse en hoteles y no en casas particulares, por lo que descarta el remedio ofrecido por las autoridades.

"Yo voy posiblemente a liquidar mi licencia. Aquí no va a venir turismo", dijo Monzó.

Vladimir Regueiro, viceministro primero de Finanzas y Precios, reconoció que con la pandemia se han afectado los ingresos de más de 26 mil arrendadores de viviendas, más de 500 negocios de Airbnb y más de 52 mil transportistas.

El alquiler de habitaciones era uno de los negocios más rentables del cuentapropismo.

Pedro Acosta que junto a su familia administra la paladar Doña Cecy, en el Casino Deportivo, dice que gracias a las remesas que recibe han logrado soportar el cierre del restaurante, pero la mayoría no ha tenido esa suerte.

"Hay personas que ya jamás podrán volver a abrir sus negocios. Algunos han tenido que vender sus medios de producción para poder subsistir", dijo Acosta.

La famosa paladar "La Guarida" cerrada por el coronavirus. ADALBERTO ROQUE / AFP

Desde el municipio Plaza, Pedro Luis García, que vende libros cuenta que hasta ahora solamente le aliviaron el pago de la licencia y hace tres meses que no gana un centavo.

"Yo no me siento respaldado por nadie ni por nada. Estamos viviendo un limbo y a la deriva sin un respaldo económico. Estamos completamente desamparados", declaró el comerciante de libros.

Un reparador de colchones en La Habana. YAMIL LAGE / AFP

Antonio Font, es bicitaxista en Centro Habana, y como muchos de sus compañeros de trabajo, no estaba preparado para esta crisis. Ellos lo han perdido todo: "La gente está en una situación bastante caótica y crítica. Esto ya más nunca es igual, esto va a ser un destrozo".

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En Caibarién, Villa Clara, Rafael González operaba un restaurante de 20 sillas, y la pandemia lo dejó sin dinero y sin recursos no tiene esperanza de recuperarlo.

El comerciante se pregunta de dónde van a sacar los recursos para arrancar nuevamente sus negocios "si todo es ilegal, si prácticamente todos los negocios han sobrevivido gracias a la bolsa negra".

Y en Santa Clara, Yoel Espinosa Medrano, quien opera una cafetería que está cerrada, expresa que ante la falta de un mercado mayorista para ellos, será muy difícil regresar a la normalidad.

"Se está viviendo una mayor persecución contra los cuentapropistas, Si la policía te ve en la calle con un bulto, te para y en la mayoría de los casos, te lo decomisan", afirmó Espinosa.