A partir del primero de junio, los inspectores de transporte en Cuba solicitarán a los choferes de vehículos estatales un nuevo documento llamado Reporte de Combustible Habilitado y Kilómetros Recorridos, dirigido a frenar las ventas ilegales de diésel y gasolina
La información, ofrecida originalmente a Diario Las Américas desde La Habana por el reportero independiente Iván García, detalla que la medida va aparejada a controles más rigurosos en gasolineras y talleres.
En conversación con martinoticias.com, García precisó que la nueva vuelta de tuerca había sido sugerida en una reunión del Consejo de Ministros ampliado a principios de mes por el ministro de Economía, Adel Izquierdo.
El titular se quejó entonces de la sangría que representa el tráfico con el combustible de los establecimientos y vehículos estatales en el mercado negro, donde tanto la gasolina como el diésel se venden hasta un 60% más baratos que en red del Estado.
El periodista detalla que si en las gasolineras estatales un litro de gasolina se vende, según el octanaje, por entre 1.10 y 1.40 pesos convertibles o CUC (1 CUC es igual a 25 pesos MN, moneda nacional), y el litro de diésel –combustible que utilizan la mayoría de los “boteros” y otros propietarios de vehículos particulares— por entre 1.10 y 1.15, éste último se consigue en el mercado negro por entre 7 y 12 pesos MN, mientras que el litro de gasolina "por la izquierda" oscila en entre 15 y 20 pesos MN, o hasta 10 pesos en compras de alto volumen.
La nueva hoja de ruta permitiría a los inspectores cotejar el combustible asignado con la cantidad de kilómetros recorridos. La vigilancia se vería reforzada además con la progresiva incorporación al parque vehicular estatal de dispositivos GPS.
García cree que la medida tiene que ver con la reexportación en el mercado mundial --vital para el gobierno cubano-- de una parte de los 100 mil barriles de crudo diarios que envía Venezuela; y con la inestable situación en ese país que, "como decimos en La Habana, es una cajita de sorpresas”.
En su reportaje para Diario Las Américas, el autor apunta que el aumento de taxis y camiones privados [en el transporte de pasajeros y carga] han convertido el trasiego de combustibles en un floreciente mercado negro.
Recuerda Iván García que el problema no es nuevo, ni es la primera vez que el gobierno toma medidas. En octubre de 2005, Fidel Castro se involucró en el asunto y en 24 horas cientos de empleados de las gasolineras por divisas fueron sustituidos por jóvenes trabajadores sociales, seleccionados por Castro.
Pero “a los pocos meses, la mayoría de los trabajadores sociales también entró en el entramado de corrupción y dinero que genera la venta ilegal de gasolina y petróleo”, le comentó a García un inspector.
Otro entrevistado señaló que “el tráfico ilegal no hay quien lo pare. Mientras la gente gane bajos salarios y tenga un montón de necesidades, el robo seguirá”
La información, ofrecida originalmente a Diario Las Américas desde La Habana por el reportero independiente Iván García, detalla que la medida va aparejada a controles más rigurosos en gasolineras y talleres.
En conversación con martinoticias.com, García precisó que la nueva vuelta de tuerca había sido sugerida en una reunión del Consejo de Ministros ampliado a principios de mes por el ministro de Economía, Adel Izquierdo.
El titular se quejó entonces de la sangría que representa el tráfico con el combustible de los establecimientos y vehículos estatales en el mercado negro, donde tanto la gasolina como el diésel se venden hasta un 60% más baratos que en red del Estado.
El periodista detalla que si en las gasolineras estatales un litro de gasolina se vende, según el octanaje, por entre 1.10 y 1.40 pesos convertibles o CUC (1 CUC es igual a 25 pesos MN, moneda nacional), y el litro de diésel –combustible que utilizan la mayoría de los “boteros” y otros propietarios de vehículos particulares— por entre 1.10 y 1.15, éste último se consigue en el mercado negro por entre 7 y 12 pesos MN, mientras que el litro de gasolina "por la izquierda" oscila en entre 15 y 20 pesos MN, o hasta 10 pesos en compras de alto volumen.
La nueva hoja de ruta permitiría a los inspectores cotejar el combustible asignado con la cantidad de kilómetros recorridos. La vigilancia se vería reforzada además con la progresiva incorporación al parque vehicular estatal de dispositivos GPS.
García cree que la medida tiene que ver con la reexportación en el mercado mundial --vital para el gobierno cubano-- de una parte de los 100 mil barriles de crudo diarios que envía Venezuela; y con la inestable situación en ese país que, "como decimos en La Habana, es una cajita de sorpresas”.
En su reportaje para Diario Las Américas, el autor apunta que el aumento de taxis y camiones privados [en el transporte de pasajeros y carga] han convertido el trasiego de combustibles en un floreciente mercado negro.
Recuerda Iván García que el problema no es nuevo, ni es la primera vez que el gobierno toma medidas. En octubre de 2005, Fidel Castro se involucró en el asunto y en 24 horas cientos de empleados de las gasolineras por divisas fueron sustituidos por jóvenes trabajadores sociales, seleccionados por Castro.
Pero “a los pocos meses, la mayoría de los trabajadores sociales también entró en el entramado de corrupción y dinero que genera la venta ilegal de gasolina y petróleo”, le comentó a García un inspector.
Otro entrevistado señaló que “el tráfico ilegal no hay quien lo pare. Mientras la gente gane bajos salarios y tenga un montón de necesidades, el robo seguirá”