Cuando Guillermo Fariñas y la agencia de prensa independiente Cubanacán Press desenmascararon en 2006 el despojo que en muchos casos implica para los cubanos en la isla la exportación de profesionales y recursos médicos por parte de su gobierno, el gobierno optó por botar el sofá.
El pequeño grupo de periodistas empíricos surgido en el centro de la isla había pinchado ese sensible nervio al denunciar que los hospitales villaclareños no tenían reservas de sangre para transfusiones, porque las autoridades las habían enviado a Pakistán, después del terremoto de 7,6 grados que devastó en octubre del 2005 la región de Cachemira.
Como la vía de salida de la información había sido la supervigilada y prohibitiva internet que el gobierno entonces apenas toleraba, la reacción de éste fue cerrar el único cibercafé de Santa Clara. Los “justos” pagarían por “pecadores” y los culpables, claro, serían los periodistas alternativos.
Pero al gobierno, que no contaba con la determinación del que muchos llaman “el Gandhi cubano”, el tiro le iba a salir por la culata. Guillermo Fariñas consideró que el derecho de todos los cubanos a Internet bien valía otra huelga de hambre, y la inició el 31 de enero del 2006, con el reclamo de que le instalaran una línea de acceso a la web en su casa, como la tenían en Cuba los privilegiados de la casta verdeolivo.
Cuando en medio de serias complicaciones de salud, y por insistencia de familiares y amigos,decidió terminarla siete meses después,Fariñas no tenía Internet en su casa, pero en la prensa internacional se hablaba y escribía como nunca antes sobre el hecho de que Cuba era uno de los peores lugares del mundo para acceder a la red de redes.
Avance rápido al presente. El lunes 27 de mayo se anunció en Cuba la inauguración, el próximo 4 de junio, de 118 centros de servicio público de Internet.
La hora de internet internacional costará 4.50 CUC, equivalentes a 112 pesos cubanos, o cerca de la cuarta parte del salario medio mensual; el anuncio en la Gaceta Oficial advierte que se sancionarán las “acciones dañinas o perjudiciales para la seguridad pública, la integridad y la soberanía nacional”; y la conexión individual a una computadora o tableta casera, o al teléfono móvil, es algo “previsto”, pero que “en estos momentos, no resulta posible (…) dadas las posibilidades económicas que tiene el país y las inversiones que se requieren”.
Este acceso a Internet, dijo Fariñas a martinoticias, no es el que él reclamaba en 2006 ni el que él, y muchos cubanos, siguen esperando. Pero es una prueba de que la presión funciona:
--Nosotros pedíamos una Internet libre; esta es una Internet monitoreada, y no está accesible desde las casas de todos los ciudadanos cubanos. Creo que estas medidas que han tomado las autoridades respecto a crear 118 centros públicos de Internet son realmente una burla a todos los cubanos que solicitamos lo que significa Internet: libertad de los seres humanos para comunicarse entre sí sin que los gobiernos puedan impedirlo. Los gobiernos pueden incluso monitorear lo que se transmite a través de Interrnet, pero no impedirlo.
LA PRORIDAD ES EL CONTROL
--En primer lugar [estos puntos de acceso] no van a estar en las casas de los ciudadanos cubanos, sino en lugares del Estado, donde pueden ser controlados y bloqueados.
Ellos indiscutiblemente van a tratar de recaudar la mayor cantidad posible de dinero, y aunque el dinero es importante para el gobierno cubano, lo esencial para ellos es el control social de los grupos poblacionales que tengan acceso a este tipo de medio de comunicación.
PRECIOS INACCESIBLES
--Los precios son también una falta de respeto, porque a pesar de que son más baratos que los de los hoteles de turismo – donde es a seis pesos CUC la hora--siguen siendo altos, porque siempre es en moneda libremente convertible.
Por lo tanto es para un grupo específico y privilegiado dentro de la población cubana. La gente que gane un salario medio, o que no tenga acceso a divisas por ser parte de los grupos privilegiados del gobierno, o no tenga, por otra parte, familiares en el exterior, no va a tener posibilidades de internet.
CAPACIDAD INSUFICIENTE
--No obstante, yo supongo que las colas para poderse comunicar van a ser largas, porque con 118 centros en 169 municipios, y priorizando a las cabeceras provinciales, eso se va a convertir en un mercado donde --supuestamente-- van a vender la carne de puerco a cinco pesos la libra [el precio actual es de unos 20 pesos la libra].
PRESIÓN DE DENTRO Y DE FUERA
--El gobierno cubano está bajo presión internacional, y quiere mostrar algunas medidas. Creo que es una manera de lavarse la cara ante una comunidad internacional y una población interna que cada día más tratan de plantearle que Cuba tiene que abrirse al mundo.
Por lo tanto creo que aquí hay que seguir empujando, y presionando, y denunciando la falta de conectividad que le impone el gobierno cubano a su ciudadanía, que tiene uno de los más bajos niveles de conectividad del mundo.
Y creo que hay que solicitarle al gobierno cubano que instale Internet, como hizo con los teléfonos celulares, a nivel individual, o sea en la vivienda o en el teléfono celular de cada cubano que pueda pagar ese servicio.
El pequeño grupo de periodistas empíricos surgido en el centro de la isla había pinchado ese sensible nervio al denunciar que los hospitales villaclareños no tenían reservas de sangre para transfusiones, porque las autoridades las habían enviado a Pakistán, después del terremoto de 7,6 grados que devastó en octubre del 2005 la región de Cachemira.
Como la vía de salida de la información había sido la supervigilada y prohibitiva internet que el gobierno entonces apenas toleraba, la reacción de éste fue cerrar el único cibercafé de Santa Clara. Los “justos” pagarían por “pecadores” y los culpables, claro, serían los periodistas alternativos.
Pero al gobierno, que no contaba con la determinación del que muchos llaman “el Gandhi cubano”, el tiro le iba a salir por la culata. Guillermo Fariñas consideró que el derecho de todos los cubanos a Internet bien valía otra huelga de hambre, y la inició el 31 de enero del 2006, con el reclamo de que le instalaran una línea de acceso a la web en su casa, como la tenían en Cuba los privilegiados de la casta verdeolivo.
Cuando en medio de serias complicaciones de salud, y por insistencia de familiares y amigos,decidió terminarla siete meses después,Fariñas no tenía Internet en su casa, pero en la prensa internacional se hablaba y escribía como nunca antes sobre el hecho de que Cuba era uno de los peores lugares del mundo para acceder a la red de redes.
Avance rápido al presente. El lunes 27 de mayo se anunció en Cuba la inauguración, el próximo 4 de junio, de 118 centros de servicio público de Internet.
La hora de internet internacional costará 4.50 CUC, equivalentes a 112 pesos cubanos, o cerca de la cuarta parte del salario medio mensual; el anuncio en la Gaceta Oficial advierte que se sancionarán las “acciones dañinas o perjudiciales para la seguridad pública, la integridad y la soberanía nacional”; y la conexión individual a una computadora o tableta casera, o al teléfono móvil, es algo “previsto”, pero que “en estos momentos, no resulta posible (…) dadas las posibilidades económicas que tiene el país y las inversiones que se requieren”.
Este acceso a Internet, dijo Fariñas a martinoticias, no es el que él reclamaba en 2006 ni el que él, y muchos cubanos, siguen esperando. Pero es una prueba de que la presión funciona:
--Nosotros pedíamos una Internet libre; esta es una Internet monitoreada, y no está accesible desde las casas de todos los ciudadanos cubanos. Creo que estas medidas que han tomado las autoridades respecto a crear 118 centros públicos de Internet son realmente una burla a todos los cubanos que solicitamos lo que significa Internet: libertad de los seres humanos para comunicarse entre sí sin que los gobiernos puedan impedirlo. Los gobiernos pueden incluso monitorear lo que se transmite a través de Interrnet, pero no impedirlo.
LA PRORIDAD ES EL CONTROL
--En primer lugar [estos puntos de acceso] no van a estar en las casas de los ciudadanos cubanos, sino en lugares del Estado, donde pueden ser controlados y bloqueados.
Ellos indiscutiblemente van a tratar de recaudar la mayor cantidad posible de dinero, y aunque el dinero es importante para el gobierno cubano, lo esencial para ellos es el control social de los grupos poblacionales que tengan acceso a este tipo de medio de comunicación.
PRECIOS INACCESIBLES
--Los precios son también una falta de respeto, porque a pesar de que son más baratos que los de los hoteles de turismo – donde es a seis pesos CUC la hora--siguen siendo altos, porque siempre es en moneda libremente convertible.
Por lo tanto es para un grupo específico y privilegiado dentro de la población cubana. La gente que gane un salario medio, o que no tenga acceso a divisas por ser parte de los grupos privilegiados del gobierno, o no tenga, por otra parte, familiares en el exterior, no va a tener posibilidades de internet.
CAPACIDAD INSUFICIENTE
--No obstante, yo supongo que las colas para poderse comunicar van a ser largas, porque con 118 centros en 169 municipios, y priorizando a las cabeceras provinciales, eso se va a convertir en un mercado donde --supuestamente-- van a vender la carne de puerco a cinco pesos la libra [el precio actual es de unos 20 pesos la libra].
PRESIÓN DE DENTRO Y DE FUERA
--El gobierno cubano está bajo presión internacional, y quiere mostrar algunas medidas. Creo que es una manera de lavarse la cara ante una comunidad internacional y una población interna que cada día más tratan de plantearle que Cuba tiene que abrirse al mundo.
Por lo tanto creo que aquí hay que seguir empujando, y presionando, y denunciando la falta de conectividad que le impone el gobierno cubano a su ciudadanía, que tiene uno de los más bajos niveles de conectividad del mundo.
Y creo que hay que solicitarle al gobierno cubano que instale Internet, como hizo con los teléfonos celulares, a nivel individual, o sea en la vivienda o en el teléfono celular de cada cubano que pueda pagar ese servicio.