Los índices de salud del prisionero político cubano Maikel Herrera Bones, integrante de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y paciente de VIH, están mostrando señales preocupantes en un momento en que él y sus familiares esperan respuesta de las autoridades a una petición de cambiar las condiciones de su confinamiento.
“De estado de ánimo se encuentra bien, conversa y todo eso, pero los parámetros de salud están devastados; los números, los datos del virus”, le dijo a la periodista de Radio Televisión Martí Ivette Pacheco el activista Yoel Parsons, primo de Herrera que habló con él por teléfono este lunes.
Puso como ejemplo el parámetro conocido como CD-4, relativo a una glicoproteína presente en la superficie de ciertas células del sistema inmunitario que envían señales a otras para atacar partículas infecciosas, y cuyo conteo en la sangre debe ser entre 500 y 1,200.
“Deben estar creo que en 200 y 300, y andaban cerca de 40” cuando le hicieron el examen, le contó Parsons a la reportera. “Incluso el médico que lo consultó y que le midió esos parámetros le dijo que no sabía cómo se encontraba vivo; que él debía estar en un lugar acostado, reposando y alimentándose nada más, porque los parámetros son demasiado arriesgados”.
Herrera Bones y su tío, el también opositor pacífico Rodolfo Bones, fueron detenidos el 16 de abril en su casa del Reparto Guardiola, en el municipio capitalino de San Miguel del Padrón, desde donde los llevaron a la 11na Unidad de la Policía y luego a la cárcel conocida como el Vivac.
Mientras estaba protestando por la falta de fluido eléctrico en el vecindario, Herrera Bones fue asediado por un policía sin camisa que no se identificó como agente del orden. El altercado subió de tono y el tío intervino para calmar la situación, pero eso no impidió el arresto y los cargos de atentado agravado.
Durante dos semanas, el paciente de VIH mantuvo una huelga de hambre hasta que lo trasladaron el 2 de mayo a la prisión para pacientes de VIH en Güines, en la provincia de Mayabeque.
“El abogado [de Herrera Bones] está esperando que nos den respuesta del cambio de medida que solicitamos”, declaró Parsons entrevistado por Pacheco. “Le dimos a saber que por los parámetros de salud en los que él está, y por las medidas que se están tomando ahora mismo respecto a la frontera, él no puede evadir la justicia, y nosotros consideramos que sería responsable dejarlo en libertad para que tuviera la alimentación que necesita y estuviera bien y esperando que fuera el juicio hasta el día que ellos estimen pertinente”.
El cargo de atentado agravado se ha mantenido pese a que Parsons y los familiares de Herrera Bones presentaron pruebas de que, a raíz del incidente en el vecindario, tanto a él como al tío les impusieron multas con las cuales deberían haber quedado zanjadas las presuntas infracciones.
“Nosotros presentamos para el cambio de medida unas pruebas de que al principio de la situación, cuando se los llevan detenidos a él y a mi tío, [les impusieron] multas por escándalo público”, declaro Parsons entrevistado por la reportera el 5 de mayo. “Eso lo presentamos como prueba de que no podía haber dos procesos por una misma razón”.