Mientras el mundo celebra la histórica travesía a nado de Cuba a Cayo Hueso por la nadadora de maratón estadounidense Diana Nyad, ha resurgido la historia de Walter Poenisch, un panadero y hombre de rodeo de Grove City, en Columbus,Ohio,que en 1978 cubrió a nado, entre Cuba y la Florida, 19 millas más que Nyad.
Su viuda, Faye Poenisch, precisó a la cadena estadounidense NBC que su marido completó la hazaña a los 65 años.
Walter Poenisch comenzó en las maratones a nado a los 49, después que perdiera una apuesta, por apenas el largo de un cuerpo, contra un ex nadador olímpico.
Fue el primero de muchos chapuzones de Walter en aguas abiertas de Michigan, Ohio y Florida. Pero su gran proeza fue nadar desde La Habana, Cuba, al cayo Little Duck Key, situado en el extremo oeste del Puente de las Siete Millas, la mayor atracción de la carretera que concatena a los cayos de la Florida.
La señora Poenisch recuerda que de 1963 a 1978 Walter estuvo enfocado en el día en que tuviera la aprobación para realizar ese sueño, que bautizó "Nado por la Paz".Finalmente obtuvo el visto bueno de los gobiernos de Cuba y EE.UU.
Fidel Castro presenció su salida de La Habana el 11 de julio de 1978. Poenisch completó las 128,8 millas en 34 horas y 15 minutos. Nyad, en su quinto intento, recorrió 110 millas en cerca de 53 horas. El ex panadero, a diferencia de ella, sí utilizó una jaula de tiburones. Además, tomó recesos. También tuvo que soportar las picaduras de las "aguamalas" o medusas.
Faye asegura que el Salón Internacional de la Fama de la Natación no sólo no reconoció la hazaña de Walter, sino que lo difamó, al igual que la entonces joven Nyad, quien se proponía emprender por esas fechas el primero de sus cinco intentos.
Agrega que un litigio legal de cuatro años les obligó a retractarse. Pero subraya que su esposo sí figuró en el libro Guinness de récords mundiales de 1980 a 2000.
Fue en ese año cuando él falleció, tras haber estado aquejado durante 10 años de constantes convulsiones y una hemiplejia del lado izquierdo, debidas a una malformación arterial en el cerebro.
La señora Poenisch recuerda que durante esos años Walter estuvo mucho menos interesado en su récord mundial, y más interesado en su relación con Dios.
Su viuda, Faye Poenisch, precisó a la cadena estadounidense NBC que su marido completó la hazaña a los 65 años.
Walter Poenisch comenzó en las maratones a nado a los 49, después que perdiera una apuesta, por apenas el largo de un cuerpo, contra un ex nadador olímpico.
Fue el primero de muchos chapuzones de Walter en aguas abiertas de Michigan, Ohio y Florida. Pero su gran proeza fue nadar desde La Habana, Cuba, al cayo Little Duck Key, situado en el extremo oeste del Puente de las Siete Millas, la mayor atracción de la carretera que concatena a los cayos de la Florida.
La señora Poenisch recuerda que de 1963 a 1978 Walter estuvo enfocado en el día en que tuviera la aprobación para realizar ese sueño, que bautizó "Nado por la Paz".Finalmente obtuvo el visto bueno de los gobiernos de Cuba y EE.UU.
Fidel Castro presenció su salida de La Habana el 11 de julio de 1978. Poenisch completó las 128,8 millas en 34 horas y 15 minutos. Nyad, en su quinto intento, recorrió 110 millas en cerca de 53 horas. El ex panadero, a diferencia de ella, sí utilizó una jaula de tiburones. Además, tomó recesos. También tuvo que soportar las picaduras de las "aguamalas" o medusas.
Faye asegura que el Salón Internacional de la Fama de la Natación no sólo no reconoció la hazaña de Walter, sino que lo difamó, al igual que la entonces joven Nyad, quien se proponía emprender por esas fechas el primero de sus cinco intentos.
Agrega que un litigio legal de cuatro años les obligó a retractarse. Pero subraya que su esposo sí figuró en el libro Guinness de récords mundiales de 1980 a 2000.
Fue en ese año cuando él falleció, tras haber estado aquejado durante 10 años de constantes convulsiones y una hemiplejia del lado izquierdo, debidas a una malformación arterial en el cerebro.
La señora Poenisch recuerda que durante esos años Walter estuvo mucho menos interesado en su récord mundial, y más interesado en su relación con Dios.