La activista cubana Carolina Barrero exhortó el miércoles en la Cumbre de Ginebra por los Derechos Humanos y la Democracia, que los países miembros de las Naciones Unidas “dejen de creer en el mito de la Revolución Cubana”, ya que el régimen oculta su realidad cuando habla “de sus buenas intenciones, de su preocupación por el bienestar de los vulnerables y de su capacidad de reforma honesta”.
El régimen “es el mal disfrazado, que solo te usará para esparcir las semillas de la tiranía”, advirtió la activista de los derechos humanos, quien participó en las protestas del 2021 contra el gobierno y fue presionada a irse de Cuba en enero del 2022.
En 2021, pasó la mayor parte del tiempo “bajo arresto domiciliario, vigilada de cerca dentro de un apartamento que se convirtió efectivamente en una prisión”. El objetivo de la Seguridad del Estado era “quebrarme, escudriñando todos los aspectos de mi vida, utilizando la vigilancia como arma”.
“Esto es familiar para muchos en los países de la antigua Unión Soviética”, señaló, pues son “las mismas técnicas utilizadas por la Stasi y la KGB”. Tras el colapso de la Unión Soviética, dijo, “Cuba se convirtió en su guardián en América Latina y extendió las técnicas totalitarias por países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia”.
La protesta del 11 de julio del 2021, destacó Barrero, “marcó un punto de partida en nuestra historia”, ya que cientos de miles de personas salieron a las calles “para exigir libertad y el régimen respondió con una violenta represión”.
Miles fueron encarcelados, enfrentándose a largas condenas sin un juicio justo. "Muchos otros se vieron obligados a exiliarse”, lamentó la activista.
También criticó con dureza el respaldo de Cuba a Rusia. Recordó que el gobernante Miguel Díaz-Canel celebró el Día de la Victoria en Moscú junto a Putin, apoyando la guerra contra Ucrania. Eso ocurrió mientras el ejército cubano “engaña a miles de jóvenes para que luchen en esta guerra con falsos pretextos, tratándolos como peones desechables en estrategias geopolíticas”.
“Quiero ser muy clara”, recalcó. “Es el régimen el que apoya a Putin en esta guerra. El pueblo oprimido de Cuba, que lucha contra la tiranía, apoya a Ucrania. Y ya que Díaz-Canel le envió a Putin lo mejor de sí mismo, quiero desearle a Ucrania el mayor de los éxitos y la victoria final”.
“Por lo tanto, mi llamado a la acción es para poner fin a la hipocresía y al doble rasero en los organismos internacionales. No debería haber un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el aliado más estratégico de Putin en América Latina”, dijo.
Al concluir sus palabras, explicó que “Cuba no es el representante de la élite militar que viene aquí a hablar en la ONU en nombre del pueblo”.
“Cuba”, dijo, “son sus presos políticos, los exiliados, las madres valientes que luchan por poner comida en la mesa, los jóvenes que sueñan con un futuro mejor y los muchos que viven con miedo, pero en cuyos corazones ha comenzado a florecer la libertad”.
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