El preso político Luis Robles Elizástigui, quien enfrenta una petición fiscal de 6 años de privación de libertad, está debilitado emocionalmente en la espera de su sentencia, en la prisión de máxima seguridad del Combinado del Este en La Habana.
El juicio celebrado el pasado 16 de diciembre en el Tribunal Municipal de Marianao, donde la fiscalía ratificó la petición fiscal por los delitos de resistencia y propaganda, quedó concluso para sentencia. Sin embargo, el joven encarcelado por más de un año por pedir libertad con un cartel de cartón no conoce aún el veredicto.
El joven guantanamero, informático de formación, fue arrestado el 4 de diciembre de 2020 en el Boulevard de San Rafael, en Centro Habana, durante una protesta en solitario en la que exigía la libertad del rapero contestatario Denis Solís (encarcelado entonces y quien recientemente abandonó el país con su familia), y el fin de la represión en Cuba.
El martes de esta semana su hermano Landy Fernández Elizástigui pudo visitarlo en la cárcel y relató a Radio Martí que "se encuentra bastante bien” de salud pero que “emocionalmente está afectado".
"A quienes les han hecho el juicio después que a él, ya tienen una sentencia y él todavía está en la espera esa, que es algo insoportable según me cuenta. Él no tiene ningún tipo de información sobre el juicio ni la sentencia, ni nada de eso”, relató el hermano y agregó que el abogado de la defensa “aún no sabe nada”.
Robles Elizástigui, de 29 años de edad, ha denunciado ser víctima durante su cautiverio de constantes vejaciones, torturas físicas y psicológicas, tratos crueles, inhumanos y degradantes y otras violaciones a sus derechos individuales por parte de las autoridades de la mencionada cárcel habanera, donde ha transcurrido la mayor parte de su reclusión.
Su hermano dijo a Radio Martí que el sistema de visitas a los prisioneros es muy riguroso y afecta también a los familiares.
Landy Fernández, quien acudió a la visita junto a Jean, el pequeño hijo del prisionero de conciencia, dijo que el pasado día 4 de enero llegaron al Combinado del Este alrededor de las 12 del mediodía, pero sólo les dejaron pasar al salón de las visitas aproximadamente a las 5 de la tarde.
“Hay un salón de espera y tienes que esperar bastante, desde el edificio de él, hasta el edificio de las visitas, es lejos”, comentó Fernández, quien vio llegar a su hermano “esposado y vestido de gris”.
En las mesas de concreto, el familiar debe sentarse de un lado y el prisionero del otro, no obstante “pudimos abrazarnos y saludarnos”, celebró Landy Fernández.
La visita es programada para que los familiares estén una hora con el recluso y media hora para que este pueda comer “una vez que el familiar se va”.
“Pero bueno, nos autorizaron a comer con él y nos dieron las dos horas”, dijo el hermano.
La reclusión de Robles ha sido denunciada como injusta por organismos internacionales y arbitraria por el Grupo de Trabajo sobre la Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos inició en 2021 la primera etapa de su campaña "Presos por qué?" dando visibilidad a su caso.
(Entrevista a Landy Fernández realizada por Ivette Pacheco para Radio Martí)