Pedro Luis Boitel (1931-1972), líder estudiantil "anticomunista" al que Fidel Castro tanto "odiaba", fue obligado a pasar sed durante una huelga de hambre en prisión, porque "Castro dio la orden de que le cortaran el agua hasta que se muriera", según dijo a la agencia de prensa Efe su compañero de celda, el activista por los derechos humanos, Armando Valladares.
"No se pudiera escribir la historia del presidio político en Cuba sin nombrar a Pedro Luis", dice Valladares, pintor, poeta y exembajador de Estados Unidos ante la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU.
"Fidel Castro odiaba expresamente a Pedro Luis, un líder del (movimiento) 26 de Julio y exiliado (de Fulgencio Batista) en Venezuela", comentó Valladares poco antes de participar en un coloquio en Miami este miércoles por el 50 aniversario de la muerte de Boitel.
Regis Iglesias, miembro del Movimiento Cristiano Liberación y ex prisionero de conciencia, participó en las ceremonias del miércoles en Miami y afirmó que "si somos un pueblo agradecido del sacrificio de nuestros héroes", Boitel debe ser "una referencia para en el camino a la libertad".
"Era muy conocido y el candidato con más posibilidades a ganar las elecciones (a presidente) de la FEU" (Federación Estudiantil Universitaria) al triunfo de la revolución, añade sobre su compañero de la celda 64, del edificio circular número 4 en la prisión de Isla de Pinos, hoy en desuso y de donde ambos se fugaron.
En 1961 Boitel fue detenido y acusado de conspiración contra el Estado. Fue sentenciado en un juicio a diez años de prisión, una condena que luego se prolongó con otros cargos.
LA FUGA DE UNA PRISIÓN DE MÁXIMA SEGURIDAD
Una especie de Alcatraz de máxima seguridad, al encontrarse en una pequeña ínsula del sur de Cuba, la prisión de Isla de Pinos era considerada "imposible" de transgredir, recuerda Valladares, que el próximo viernes cumple 85 años, informa Efe.
Valladares, encarcelado a los 21 años por negarse a colgar una placa que decía "Yo estoy con Fidel" y quien estuvo 22 años encarcelado, durante los cuales sufrió tortura y castigos de todo tipo e hizo once huelgas de hambre, conoció a Boitel en la prisión de La Cabaña, en La Habana.
"Cuando terminaron mis interrogatorios en la policial política, me mandaron para la galera 12 en La Cabaña. En la puerta estaba Pedro Luis, delgado y con unos espejuelos grandísimos. Luego estuvimos juntos años y años y años", rememora.
"Cuando nos escapamos el 21 de octubre de 1961 - lo recuerdo porque salí en libertad el mismo día 20 y pico de años después-, había un guardia que daba vueltas al atardecer con un perro y un fusil", rememora sobre esta instalación en la que también estuvo preso Fidel Castro antes de ser amnistiado por el gobierno de Fulgencio Batista.
"Nos fuimos vestidos de militares por dentro del cuartel, saludando a los guardias. Nos capturaron al tercer día porque las personas que nos debían recoger en la costa no fueron porque creyeron imposible que pudiéramos escapar", añade Valladares.
"Fuimos los únicos que logramos escapar del cordón de la circular, quedará para la Historia, no sé por qué hay una tendencia a eliminar este acto heroico y casi novelesco de las entrevistas", lamenta, y aclara que la idea de la fuga fue de Boitel.
Al ser capturados, los llevaron para la celda de castigo donde permanecieron "casi un año", asegura Valladares.
"Hicimos una huelga para que nos sacaran de allí, que fue la primera", recapitula el autor del libro "Contra toda esperanza", donde relató sus memorias tras 22 años en la cárcel.
Según el recuento de este activista, a Boitel lo llevan para el Hospital Militar (en La Habana), donde fue de los primeros en lograr que le dieran ropa de civil.
"Fue haciendo huelgas hasta la última en (la prisión de) el Castillo del Príncipe. Era una huelga de hambre, no de sed. Fidel Castro dio la orden de que se le cortara el agua hasta que se muriera", asegura Valladares.
Boitel murió a los 41 años de edad en huelga de hambre, el 25 de mayo de 1972 en la cárcel del Castillo del Príncipe, en La Habana.
Los organizadores del homenaje a Boitel, entre los que se encuentran Plantados hasta la Libertad de Cuba, el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo y el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, llevaron este miércoles una ofrenda floral a la tumba de la madre de Boitel, Clara Abraham de Boitel, en el cementerio Flagler Memorial, de Miami.
Luego proyectaron en el Teatro Tower de La Pequeña Habana el documental "Boitel: Muriendo a plazos", dirigido por Daniel Urdanivia y producido por Pedro Corzo, donde Valladares habló con el público.
También estuvo presente "otro gran amigo de Pedro Luis", Richard Heredia, que estuvo con Boitel "en el clandestinaje".
"Es un homenaje muy merecido. Pedro Luis es una leyenda para todos los expresos políticos como yo. Afortunadamente tenemos dentro de Cuba grupos que incluso han adoptado su nombre", destacó Armando Valladares.
(Con información de la agencia Efe, del activista Regis Iglesias, y del autor Pedro Corzo).