Cuba impulsa su turismo de salud para extranjeros en medio de la profunda crisis sanitaria que afecta a su población con hospitales colapsados, desabastecimiento de medicinas e insumos médicos y escasez de recursos humanos.
“Promover el turismo de salud parece, en estos momentos, una broma de mal gusto. Es una manifestación de desespero del Gobierno por la escasez de divisas que tiene, pero Cuba es el lugar menos apropiado para incitar el turismo de salud”, señaló a nuestra redacción, el escritor Dimas Castellanos.
“Creo más bien que se trata de un intento desesperado de obtener divisas, sin dar los pasos que el país requiere para conseguir una economía fuerte, como se ha planteado, reiteradamente, por muchas instituciones, por individuos de la oposición e, incluso, por amigos del régimen en otras partes del mundo”, indicó el especialista.
Castellanos añadió que, aunque los tratamientos que ofrecen estos programas tienen precios por debajo de la media internacional, el régimen obtiene sustanciosas ganancias.
Sin embargo, opina que “las inversiones en turismo no repercutirán en la salud cubana", porque "si fuera así, ahora mismo, en vez de estar invirtiendo más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) en la construcción de hoteles", el gobierno destinaría ese ingreso a la salud pública, a la que "se le está dedicando un porciento muy bajo para solventar la crisis que tenemos”, apuntó Castellanos.
La Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos lanzó este lunes, a través de su página de Facebook, unas ofertas especiales para Vacaciones de Salud y Bienestar en Cuba: un programa llamado “Respirar para Prevenir y Renacer”, diseñado para "turistas interesados en tratamientos preventivos de COVID-19".
Clínicas internacionales y especializadas, consultorios médicos en los polos turísticos, farmacias y ópticas que brindan servicios a clientes foráneos contrastan con las instalaciones dispuestas para la atención a los cubanos.
“El turismo de salud no sería un problema si no fuera otra manera más de discriminar al cubano; si no corroboráramos, día tras día, que frente al extraordinario deterioro de las clínicas, de los hospitales de nosotros los cubanos, hay clínicas o pisos dentro de esos hospitales que son dedicados íntegramente al turismo de salud”, dijo a Radio Televisión Martí el periodista e historiador habanero Boris González Arenas.
“Estas instalaciones, ya no sólo por las condiciones materiales, que tienen un confort, que tienen camas nuevas y sí tienen sábanas limpias para los ingresados, que ahí sí hay agua, que sí hay condiciones de limpieza y de higiene especiales para los turistas, sino que también [porque en ellas] hay medicamentos por los que mueren personas en las salas para cubanos, medicinas que ahí no se están utilizando, que ahí están a la espera de si aparece algún turista que requiera los servicios del turismo de salud. Ahí es donde el turismo de salud se convierte en otra manera más de discriminación criminal del gobierno cubano hacia los ciudadanos de este país”, indicó el comunicador.
Los datos de inversión acumulada en Cuba, de enero a junio de 2021, indican que la inversión en "servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler (que incluyen al turismo)" fue 56,8 veces mayor que la inversión en salud.