Aunque en 2011 el 6to. Congreso del Partido Comunista de Cuba se propuso transformar o cerrar las empresas estatales no rentables para aligerar gastos y reactivar la aletargada economía del país, desde 2013 a la fecha se han descontinuado alrededor de un 19 % de esas improductivas entidades, revela un reciente informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la isla (ONEI).
El documento indica que en ese plazo la cantidad de empresas estatales pasó de 2.235 a 1.811 en todo el país. La diferencia de 424 representa una reducción del 18,97 % en cuatro años.
(No están incluidas en las cifras empresas mixtas del gobierno de Cuba con firmas extranjeras).
A lo largo de un cauteloso impulso al sector privado iniciado en 2010 los dirigentes comunistas han enfatizado a menudo que la empresa estatal continuaría siendo la forma principal de gestión.
La razón, o la sinrazón, parece ser un obcecado apego al dogma marxista, El ex ministro de Economía José Luis Rodríguez la describe como "el elemento esencial en la gestión económica basada en la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, en los marcos de un sistema de planificación que resultaría preponderante sobre el mercado".
Sin embargo, "dos más dos da cuatro": enfrentados a la necesidad urgente de soltar lastre, los comunistas cubanos admitieron en 2011 en el documento programático Lineamientos para la Política Económica y Social la necesidad de deshacerse de las empresas públicas irrentables.
En la actualización de los Lineamientos para el período 2016-2021, aprobada el año pasado por el VII Congreso del PCC, quedó redactado así:
11. Las empresas y cooperativas que muestren sostenidamente en sus balances financieros pérdidas, capital de trabajo insuficiente, que no puedan honrar con sus activos las obligaciones contraídas o que obtengan resultados negativos en auditorías financieras, se podrán transformar o serán sometidas a un proceso de liquidación, cumpliendo con lo que se establezca.
En un reciente artículo sobre los problemas económicos que encontrará el sucesor de Raúl Castro a partir de febrero de 2018, el académico estadounidense William LeoGrande decía que “el proceso de racionalizar las empresas estatales, responsables del 75% del PIB, ha sido especialmente lento".
"En abril del 2010 Castro calculó que eran improductivos un millón de los trabajadores estatales. Desde entonces, la fuerza laboral empleada por el Estado se ha reducido en unas 718.000 personas, pero solo un 15 por ciento de las empresas estatales han cerrado, a pesar de que la baja productividad persiste y una cantidad significativa de esas entidades opera con pérdidas”.
Eso, sin contar con que las empresas estatales se han convertido en una especie de agujero negro de desvío de los recursos del Estado. Una serie de auditorías realizadas por la Contraloría de enero a septiembre de 2015, solamente a entidades estatales de La Habana, detectó faltantes por más de 267 millones de pesos cubanos convertibles (CUC, equivalentes al dólar).
Ni aunque las vistan de seda
Buscando estimular la productividad de estas entidades el gobierno emitió desde 2011 resoluciones que en teoría otorgaban más autonomía a los directores para gestionar recursos, tomar decisiones y disponer de las riquezas creadas.
Una serie de artículos publicados este año por el sitio oficial Cubadebate asegura que gracias a esas medidas la productividad y el salario "han experimentado un considerable ascenso".
La cantidad de empresas irrentables, según Cubadebate, es casi marginal: "A finales del pasado año solo existían 91 empresas (de casi dos mil) que pagaban sin respaldo productivo, 15 menos que en 2015. Esto supuso 43 millones de pesos menos que se pagaron sin estar respaldados por la propia producción de cada empresa, según datos informados por el MTSS y respaldados por la CTC".
En cambio el exministro Rodríguez reconoció en uno de tres artículos publicados en 2014 sobre el tema el incremento progresivo de las erogaciones del Estado que la improductividad de las empresas públicas continuaba generando.
Rodríguez precisaba que "la carga que ha asumido el presupuesto mediante transferencias al sector empresarial pasó de 7 604 millones de pesos en 2009 a un estimado de 9 961 millones en 2013, para un incremento de 31%".
"De esta cifra, el subsidio por pérdidas se elevó de 603 a 914 millones en el mismo período, para un incremento de 51,6%, irrentabilidad que se concentra en empresas del MINAGRI, el MINAL y en el grupo empresarial AZCUBA".
En un discurso ante el congreso de la central sindical oficialista CTC en 2014, Raúl Castro condicionó cualquier aumento significativo de los salarios en Cuba a un aumento de la eficiencia y la productividad:
"Si el salario medio crece más rápido que la producción de bienes y servicios, los efectos para la economía y el pueblo serían fatales, ello equivaldría a 'comernos' el futuro, aumentar irracionalmente la deuda externa y, en definitiva, engendrar inestabilidad en la sociedad cubana a causa de una inflación galopante que destruiría la capacidad adquisitiva del salario y las pensiones".
"Tengamos presente el principio esencial de que para distribuir riqueza, primero hay que crearla y para hacerlo tenemos que elevar sostenidamente la eficiencia y la productividad".
No soy economista, pero tengo una pregunta para ellos: si la productividad de las empresas estatales realmente ha aumentado tanto en los últimos tres años como dice Cubadebate, y el gobierno alega que los bajos salarios en Cuba se deben a la baja eficiencia y productividad ¿por qué los cubanos siguen viviendo con una media (oficial) de 740 pesos, menos de 30 dólares al mes?