Belice cerró sus puertas al paso de los migrantes cubanos. Mientras, Costa Rica queda con casi 4.000 personas en albergues y otras a las que no ha podido dar refugio, y
sin tener una solución a la vista.
Ante tal situación, el ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada, solicitó el apoyo de la comunidad cubana en Estados Unidos.
"A partir de la negativa de Belice, eso cambia el panorama y se prevé que la situación pueda prolongarse, al no tener ahora una ruta de salida más próxima", explica Alvarado.
El Ministro apeló a la "solidaridad de la comunidad cubanoamericana", para que ayude "económicamente, y pidiéndole a los diferentes países y en cuenta, a los Estados Unidos, que apoyen a resolver esta situación".
"Sabemos que la comunidad cubana en Estados Unidos tiene una importante voz que es muy escuchada en diferentes esferas políticas. Creo que es importante que esa voz se active", no desde el punto de vista político "sino humanitario".
Para Alvarado la ayuda internacional debe ser concreta, pues si bien muchos países han mostrado su voluntad en ayudar a resolver la crisis de los cubanos varados, "en la práctica, Costa Rica está sola y necesitamos que las voces se alcen" pidiéndole a las diferentes naciones que apoyen a San José.
Desde que se inició la crisis humanitaria a mediados de noviembre, Costa Rica ha desembolsado "$350.000, sin contar ni el tiempo, ni los viáticos de los funcionarios, y tampoco del personal movilizado para ayudar a los cubanos", subrayó.