Los cubanos han entrado en pánico ante el incremento indetenible de los casos de COVID-19 en el país, dijeron residentes en la isla a Radio Televisión Martí.
“Nosotros aquí ni salimos de la casa. Aquí hay una escuela cerca, que ahí los tienen (a los enfermos de COVID-19); esto está lleno (de contagiados) por dondequiera. Yo no duermo, me desvelo de noche… Un miedo a que pase algo, un miedo que tengo, que yo no tengo vida. Todo el mundo está enfermo de los nervios”, confesó desde Manatí, en Las Tunas, la activista Yanelis Vega.
Mientras, en Baraguá, Ciego de Ávila, la familia de los opositores Leonit Carbonell y Mailén Maidique se recupera aún de la enfermedad. Según cuentan, estuvieron en un centro de aislamiento cercano a su localidad. Para ellos el temor de los cubanos se centra principalmente en la crisis del sistema de salud de la isla, ente el constante reporte de nuevos casos con la enfermedad.
“Hay muchas personas que mueren también por la falta de medicamentos”, aseguró Maidique. La opositora añadió que algunos centros de salud “han rechazado a los pacientes”, porque sus trabajadores “tienen también miedo a morir”, ya que el equipamiento del que disponen “no es suficiente para su protección, para su vida, para su familia”.
Desde la playa de Guanabo, al este de La Habana, la sindicalista independiente María Elena Mir Marrero señaló que el miedo se debe al “colapso del sistema de salud pública, total y general”, que vive Cuba.
“La falta de medicamentos que hay en la isla es aterrorizante. La alimentación, tan necesaria para contrarrestar esta enfermedad, está en crisis en el país; y la higiene, súper crítica, porque entre los apagones y los calores, y que una vez que se va la luz no llega el agua, la higiene está por el piso”, dijo Mir Marrero.
En su opinión, “que el pueblo de Cuba, en general, hoy esté aterrorizado, con miedo, ya no tanto a la represión como al COVID, es lo que puede sentir un pueblo que se siente totalmente desprotegido de las personas que deben responder por su tranquilidad”, concluyó.