El embajador de Cuba en España, Eugenio Martínez Enríquez, aseguró que él no puede hablar por "otro país", haciendo referencia a Venezuela, pero ha indicado que el suyo no tiene "relaciones con Podemos".
Para el diplomático Podemos es un "fenómeno reciente" y aclaró que Cuba tiene relaciones con "todos" los partidos políticos en España, pero ha insistido que él no conoce al "líder de Podemos".
En relación con los resultados de las encuestas en las que Podemos se sitúa como primera fuerza política en intención de voto directo, el embajador de Cuba en España explicó que él tiene opiniones porque vive "temporalmente en España" pero ha preferido ser "prudente" y ha lanzado como "deseo" que los españoles tomen la "mejor opinión posible" y que se les saque de la "crisis".
Por ello, en una entrevista con Europa Press Televisión, ha subrayado que desea que quien gane sea "quien tenga la varita mágica o las condiciones idóneas" para sacar a los españoles que atraviesan un "momento difícil".
La visión del “compañero Iglesias”
Pablo Iglesias en cambio se ha mostrado como un gran admirador de Cuba y el gobierno de los hermanos Castro. En su programa televisivo Fort Apache y ante un panel de seis comentaristas analizó en abril del 2013 “el significado histórico y político de la Revolución cubana”.
En medio de las justificaciones a las torpezas del régimen de La Habana ante el tema de los Derechos humanos, Iglesias se mostró defensor del mismo.
“¿Cómo en el contexto de Guerra fría, en el que los Estados Unidos utilizan sistemáticamente a su ejército para hacer política, Cuba, que está en un estado de guerra se va a poder permitir que exista capital extranjero financiando periódicos, financiando opciones políticas que trabajan para los Estados Unidos?”, expone el líder de Podemos junto a los participantes, que aunque con leves diferencias de opiniones, se tratan todo el tiempo de “compañeros”, a la usanza del lenguaje en la vieja izquierda.
En una entrevista en junio de 2013, ofrecida al portal Cubainformación, Iglesias reconoce que Cuba avivó los conflictos armados en Latinoamérica, y que igualmente fracasó. “Marcó por ejemplo el inicio o la recuperación de la lucha armada como estrategia política de acceso al poder, que después terminó fracasando en el continente”, señaló el también profesor universitario.
Más adelante plantea que la revolución cubana “debe reinventarse”, al tiempo que aclara: “Esto no lo planteo como una crítica eurocéntrica –porque es fácil decirle a los cubanos, desde Europa: “Uds. deben cambiar para gustarnos más a nosotros”–, sino desde el apoyo y la preocupación que la izquierda tiene porque los países como Cuba, que han sido una referencia para todos nosotros, sigan siéndolo en el futuro”, concluyó.