Tras la imposición por parte de las autoridades de los precios y tramos por los que deberán regirse a partir de ahora los transportistas privados en la capital cubana, los llamados "boteros" iniciaron como protesta una huelga de brazos caídos.
La situación se ha traducido en una agudización de la problemática del transporte en la capital de la isla, pues los boteros son en verdad los que han permitido durante muchos años a la población moverse con relativa eficiencia por La Habana.
Eduardo Amaro, botero capitalino, dijo a Martí Noticias que el modo que están utilizando sus colegas para llevar a cabo la huelga de brazos caídos y evitar las represalias es reportase como enfermos, decir que van a tomar vacaciones o que van a llevar el auto a hacerle mantenimiento.
Las autoridades han hecho una peligrosa movida al regular los precios por tramos, pues como consecuencia este fin de semana cundió el caos para quienes intentaban desplazarse dentro de La Habana.
Así, el periodista independiente, Pablo Morales, dijo que a consecuencia de la sutil huelga de brazos caídos emprendida como protesta por parte de los cuentapropistas del transporte, las personas se abarrotaban en las aceras sin poder transportarse a sus puntos habituales dentro de la capital.
Carentes de un sindicato y de organismos de la sociedad civil que apoyen sus demandas, los boteros intentan forzar el fin de la medida de los precios topados a base de congestionar la transportación urbana.
Los taxistas particulares, que según los mismos medios oficiales son los únicos con los que se puede contar para trasladarse medianamente rápido en La Habana, recibieron la pasada semana la noticia de que el pago por sus servicios, que en la práctica se venía rigiendo por la oferta y la demanda, sería estricta y estatalmente regulado por una lista específica de rutas, tramos y precios impuestos por el órgano de Gobierno de la provincia.
El régimen comunista cubano anunció a principios de febrero el estudio de nuevas medidas para controlar a los transportistas privados en la capital, varios meses después de que las autoridades impusieran límites al precio del pasaje.
En un reporte publicado por el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, la Dirección General de Transporte de La Habana criticó que los "boteros" comenzaron a buscar alternativas para mantenerse en el negocio después de que el Consejo de Administración Provincial de La Habana (CAP) impusiera, a mediados de julio de 2016, límites al precio de estos.
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(Con material de agencias de prensa, y la colaboración del periodista Adriel Reyes)