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Doce mil católicos cubanos alivian a niños y ancianos


Mercedes Hernández Valdéz, 68, es voluntaria de Caritas Cuba. Credit Robyn Fieser/CRS
Mercedes Hernández Valdéz, 68, es voluntaria de Caritas Cuba. Credit Robyn Fieser/CRS

La acción católica se hace sentir en toda la isla con proyectos de asistencia a la población.

Con la ayuda de doce mil voluntarios distribuidos en las once diócesis nacionales, la organización católica Caritas Cuba, ha logrado establecer en los últimos años un sólido programa de asistencia humanitaria a los grupos más vulnerables de la sociedad cubana: los ancianos y los niños.

Caritas Cuba es una de las pocas organizaciones no gubernamentales independientes en el país y sus programas comprenden numerosos proyectos de comedores populares y relacionados con la salud.

La organización, afiliada a Caritas Internacional, recibe apoyo de varias fuentes, principalmente de Caritas Suiza y de Catholic Relief Services (CRS), la agencia de ayuda humanitaria de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, que provee asistencia a personas necesitadas en más de cien países y es miembro también de Caritas Internacional.

Martínoticias.com quiso conocer más detalles sobre la asistencia humanitaria que realiza Caritas Cuba, y el número de personas que se benefician del programa, pero no pudo entrevistar para este artículo a su secretaria general, Maritza Sánchez, quien se encontraba en una reunión de trabajo, de acuerdo con la información ofrecida desde la sede de Caritas en La Habana.

La información que aparece en el sitio web de Caritas Cuba explica que sus principales colaboradores son el CRS y Caritas Suiza y subraya que su labor en Cuba comprende servicios para ciudadanos adultos; servicios para niños, incluidos los niños con discapacidades y aquellos con dificultades de aprendizaje; proyectos de educación y formación; y asistencia humanitaria.

La colaboración de CRS con Caritas Cuba comenzó en 1993, y desde entonces ha proporcionado suministros médicos, alimentos y ropa a los hospitales, asilos para ancianos y niños vulnerables por un valor de 27 millones de dólares.

El programa especial para Cuba de CRS tiene su sede en Baltimore y desde allí se canaliza la ayuda que se envía a la isla, en coordinación con la Iglesia Católica y las autoridades cubanas.

Entre las organizaciones católicas que colaboran con el programa de CRS para Cuba figuran Providence International Mission, the Daughters of Charity, Hope for a Healthier Humanity, the Sisters of Saint Francis of the Holy Eucharist, the Eucharistic Apostles of the Divine Mercy, the Park West Children's Fund, the Free Wheelchair Mission, the Friends of Caritas Cubana, the Cuban Children Fund and the Archdiocese of Indianapolis.

Aunque el gobierno de Cuba no admite que en el país existe pobreza extrema, pues la población dispone de servicios sociales gratuitos y de alimentos y alquileres subvencionados, el más reciente estudio elaborado por el Banco Mundial llegó a la conclusión de que existía el riesgo de que el 14,7% de la población cubana no pudiera atender sus necesidades básicas.
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