El diario Guerrillero de la provincial de Pinar del Río dio cuenta en su primera plana de ayer domingo de un parto muy singular ocurrido en la víspera del Día de las Madres: la yegua Carola parió jimaguas.
La información se convierte en noticia porque, según el órgano del Partido Comunista en la provincial pinareña, los vástagos de Carola “fueron un mulito y una potranquita”.
El feliz propietario de Carola, el campesino Lázaro Luis Matanzas, no fue ajeno a los hechos. Su hija, Marisleidys Matanzas narró así lo sucedido, según relata el reportaje.
"Ella [Carola] estaba suelta en el campo y el caballo de un vecino la montó por la mañana, cuando mi papá vino de la vega se lo dijimos y él dijo que iba por el burro, porque quería un mulito, así que en la tarde de ese día también la montó el burro, pero jamás nos imaginamos que una cosa así pasaría".
La autora del reportaje, Daima Cardoso Valdés, fue en busca de una explicación científica del inusual fenómeno ya que en “opinión del doctor José García, director técnico del Instituto de Medicina Veterinaria en la provincia, la hembra equina está constituida anatómicamente como especie unípara (que puede parir una sola cría) por las particularidades excepcionales de sus ovarios, de los cuales puede liberar un solo óvulo por un lugar determinado llamado "fosa de ovulación".
Sin embargo, Carola en ese ciclo tuvo una doble ovulación y el campesino Lázaro mucha intuición.
"Como la hembra fue cubierta por un caballo en la mañana y en la tarde por un burro, y al tratarse de una yegua paridora -nueve partos anteriores- corpulenta, con buena capacidad pélvica, pudo desarrollar ambos fetos en el claustro materno, explicó el veteriano. "A la hora de parir primero trajo al mundo a la potrica que estaba a término, y seguidamente el mulito también fue expulsado, pero prematuramente pues la duración de la gestación de las yeguas cuando es de caballos demora 11 meses, y cuando es de burros, tarda un año".
Guerrillero concluye el suceso,ocurrido en la zona de Consolación del Sur, con un final feliz, subrayando que la morada donde viven Lázaro y su esposa Caridad la alegran hoy Linda y Dichoso, nombres con que bautizaron a estas nuevas crías.
Habría que agregar que quizás Linda y Dichoso puedan ocupar un lugar en el famoso Libro Guinness de los récords.
La información se convierte en noticia porque, según el órgano del Partido Comunista en la provincial pinareña, los vástagos de Carola “fueron un mulito y una potranquita”.
El feliz propietario de Carola, el campesino Lázaro Luis Matanzas, no fue ajeno a los hechos. Su hija, Marisleidys Matanzas narró así lo sucedido, según relata el reportaje.
"Ella [Carola] estaba suelta en el campo y el caballo de un vecino la montó por la mañana, cuando mi papá vino de la vega se lo dijimos y él dijo que iba por el burro, porque quería un mulito, así que en la tarde de ese día también la montó el burro, pero jamás nos imaginamos que una cosa así pasaría".
La autora del reportaje, Daima Cardoso Valdés, fue en busca de una explicación científica del inusual fenómeno ya que en “opinión del doctor José García, director técnico del Instituto de Medicina Veterinaria en la provincia, la hembra equina está constituida anatómicamente como especie unípara (que puede parir una sola cría) por las particularidades excepcionales de sus ovarios, de los cuales puede liberar un solo óvulo por un lugar determinado llamado "fosa de ovulación".
Sin embargo, Carola en ese ciclo tuvo una doble ovulación y el campesino Lázaro mucha intuición.
"Como la hembra fue cubierta por un caballo en la mañana y en la tarde por un burro, y al tratarse de una yegua paridora -nueve partos anteriores- corpulenta, con buena capacidad pélvica, pudo desarrollar ambos fetos en el claustro materno, explicó el veteriano. "A la hora de parir primero trajo al mundo a la potrica que estaba a término, y seguidamente el mulito también fue expulsado, pero prematuramente pues la duración de la gestación de las yeguas cuando es de caballos demora 11 meses, y cuando es de burros, tarda un año".
Guerrillero concluye el suceso,ocurrido en la zona de Consolación del Sur, con un final feliz, subrayando que la morada donde viven Lázaro y su esposa Caridad la alegran hoy Linda y Dichoso, nombres con que bautizaron a estas nuevas crías.
Habría que agregar que quizás Linda y Dichoso puedan ocupar un lugar en el famoso Libro Guinness de los récords.