En su mero mole es una expresión típica mexicana similar a decir como pez en el agua, pero que va más allá de sentirse cómodo en un lugar o circunstancia. Estar en nuestro mero mole significa estar donde nos corresponde, en el lugar al que pertenecemos, en el espacio donde podemos brillar. Así estuvo hoy la bloguera cubana Yoani Sánchez durante su conferencia de prensa en la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa, en su mero mole.
Serena pero contundente, Yoani respondió con elocuencia las preguntas de sus colegas periodistas y demostró que no teme a opinar, aunque en su país, aseguró, opinar es considerado un acto de traición.
Mirando al futuro
La periodista dijo que planea fundar un medio de prensa en Cuba, aunque no sea permitido en la isla, porque “el muro se tira empujándolo de cara al mundo” y se comprometió a apoyar a otros periodistas independientes y blogueros compartiendo sus conocimientos tecnológicos. Además instó a jóvenes periodistas a hablar, opinar, disentir sin miedo… “algunos me preguntan si no temo que manipulen mis palabras, más miedo me daría que manipulen mi silencio”.
Yoani dijo considerarse una diplomática popular, una portavoz del pueblo cubano y por eso aceptó la invitación para hablar ante la Cámara de Representantes de EE.UU. “las cancillería y las alfombras rojas son importantes, pero más me interesa conectarme con la gente, con el pueblo norteamericano”.
Una mujer del pueblo y para el pueblo
Con una natural sencillez Yoani evocó su origen humilde “mi padre empezó dando pico y pala en la línea y terminó trabajando de maquinista del ferrocarril. Mi mamá hasta ahora maneja un taxi”. También comentó cuando su marido, el periodista Reinaldo Escobar, fue excluido de la prensa oficial y se ganó la vida como mecánico de ascensores… “cosa que nos resultó muy útil porque como vivimos en un piso catorce, había quien arreglara el ascensor”.
De tal palo, tal astilla
Al hablar de su hijo Teo, a Yoani se le iluminó el rostro y quiso compartir una anécdota que define el carácter de quien dijo “es el motor de todo”.
Durante la Primavera Negra, en el año 2003 cuando Teo tendría entonces unos 8 años, Yoani y su marido se vieron en el apuro de explicar a su pequeño hijo porque un querido amigo de la familia, el periodista Adolfo Fernández Sainz, había sido arrestado junto a otros 74 periodistas independientes. Reinaldo explico a Teo que su tío Adolfo había sido encarcelado “porque es muy valiente”. A lo que el pequeño respondió: “entonces ustedes son un poco cobardes, porque todavía están libres”, “con un hijo así no se puede hacer otra cosa que hablar” – acotó Yoani.
Hay que vivirlo en carne propia
A sus detractores, Yoani invita a usar argumentos en vez de ofensas. Retomando las palabras de José Martí: “honrar, honra”, la periodista asegura que “insultar, insulta”, y el insulto degrada a quien lo usa.
Refiriéndose a sus críticos quienes niegan la falta de libertad en la isla, la bloguera dice: “a quien no pueda convencer con mis palabras les diría: - vaya y vívalo y después me dice” - .
Un producto del siglo XXI
Con franqueza Yoani comentó no saber cómo definirse ideológicamente…”soy un producto del siglo XXI, hipermezclado…un “electrón libre”, no afiliada a corriente política alguna”. Yoani asegura tener un amplio compromiso por la libertad, sin ser liberal. Crítica del caudillismo y del populismo, asegura que también es calificada como izquierdista sin ser de izquierda y se autodenomina amante de la libertad y preocupada por los más pobres.
Como estamos en la ciudad de Puebla, nos atrevemos a retomar la analogía gastronómica: Yoani se parece al mole.
El mole, es una exquisito platillo de la comida mexicana que se hace mezclando, entre otras cosas, varios tipos de chiles secos, especias, ajo, frutas secas, tomates, cacahuate (maní) y chocolate; ingredientes aparentemente opuestos que al mezclarse logran un resultado fascinante.
Serena pero contundente, Yoani respondió con elocuencia las preguntas de sus colegas periodistas y demostró que no teme a opinar, aunque en su país, aseguró, opinar es considerado un acto de traición.
Mirando al futuro
La periodista dijo que planea fundar un medio de prensa en Cuba, aunque no sea permitido en la isla, porque “el muro se tira empujándolo de cara al mundo” y se comprometió a apoyar a otros periodistas independientes y blogueros compartiendo sus conocimientos tecnológicos. Además instó a jóvenes periodistas a hablar, opinar, disentir sin miedo… “algunos me preguntan si no temo que manipulen mis palabras, más miedo me daría que manipulen mi silencio”.
Yoani dijo considerarse una diplomática popular, una portavoz del pueblo cubano y por eso aceptó la invitación para hablar ante la Cámara de Representantes de EE.UU. “las cancillería y las alfombras rojas son importantes, pero más me interesa conectarme con la gente, con el pueblo norteamericano”.
Una mujer del pueblo y para el pueblo
Con una natural sencillez Yoani evocó su origen humilde “mi padre empezó dando pico y pala en la línea y terminó trabajando de maquinista del ferrocarril. Mi mamá hasta ahora maneja un taxi”. También comentó cuando su marido, el periodista Reinaldo Escobar, fue excluido de la prensa oficial y se ganó la vida como mecánico de ascensores… “cosa que nos resultó muy útil porque como vivimos en un piso catorce, había quien arreglara el ascensor”.
De tal palo, tal astilla
Al hablar de su hijo Teo, a Yoani se le iluminó el rostro y quiso compartir una anécdota que define el carácter de quien dijo “es el motor de todo”.
Durante la Primavera Negra, en el año 2003 cuando Teo tendría entonces unos 8 años, Yoani y su marido se vieron en el apuro de explicar a su pequeño hijo porque un querido amigo de la familia, el periodista Adolfo Fernández Sainz, había sido arrestado junto a otros 74 periodistas independientes. Reinaldo explico a Teo que su tío Adolfo había sido encarcelado “porque es muy valiente”. A lo que el pequeño respondió: “entonces ustedes son un poco cobardes, porque todavía están libres”, “con un hijo así no se puede hacer otra cosa que hablar” – acotó Yoani.
Hay que vivirlo en carne propia
A sus detractores, Yoani invita a usar argumentos en vez de ofensas. Retomando las palabras de José Martí: “honrar, honra”, la periodista asegura que “insultar, insulta”, y el insulto degrada a quien lo usa.
Refiriéndose a sus críticos quienes niegan la falta de libertad en la isla, la bloguera dice: “a quien no pueda convencer con mis palabras les diría: - vaya y vívalo y después me dice” - .
Un producto del siglo XXI
Con franqueza Yoani comentó no saber cómo definirse ideológicamente…”soy un producto del siglo XXI, hipermezclado…un “electrón libre”, no afiliada a corriente política alguna”. Yoani asegura tener un amplio compromiso por la libertad, sin ser liberal. Crítica del caudillismo y del populismo, asegura que también es calificada como izquierdista sin ser de izquierda y se autodenomina amante de la libertad y preocupada por los más pobres.
Como estamos en la ciudad de Puebla, nos atrevemos a retomar la analogía gastronómica: Yoani se parece al mole.
El mole, es una exquisito platillo de la comida mexicana que se hace mezclando, entre otras cosas, varios tipos de chiles secos, especias, ajo, frutas secas, tomates, cacahuate (maní) y chocolate; ingredientes aparentemente opuestos que al mezclarse logran un resultado fascinante.