José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), mostró en declaraciones este lunes a Radio Martí su preocupación y temor por el sendero que toma la situación en la isla respecto a la crisis del coronavirus, y dijo que puede ser mucho peor de lo que hasta ahora ha sido, y terminar en una gran tragedia con consecuencias impredecibles para el pueblo cubano.
Por su parte, Ramón Saúl Sánchez, representante del Movimiento Democracia, dijo desde Miami que contrario a lo que pregona el régimen cubano el exilio es la primera fuente de ayuda humanitaria para el pueblo de la isla, a pesar -apuntó- del diferendo político irreconciliable entre ambas orillas.
Ferrer agregó que el régimen comunista, en su propaganda, hace ver que se preocupa por todos y en todo momento, pero que en la práctica eso es absolutamente falso.
Tanto Ferrer como Sánchez son firmantes de una carta que cubanos dentro y fuera de la isla hicieron pública a la comunidad internacional denunciando la represión del régimen comunista en medio de la crisis sanitaria del coronavirus, y en la que solicitan ayuda humanitaria para los más necesitados en el país.
Los firmantes del texto aseguran que "hoy, mientras creemos que aún estamos a tiempo, tenemos la responsabilidad de alertar e intentar proteger a nuestro pueblo ante la tendencia al agravamiento de una crisis que puede convertirse en una tragedia nacional de proporciones inmanejables".
La declaración asegura que en los últimos días, a medida que la pandemia avanza en la isla y aumenta la cifra de fallecidos, el régimen de La Habana "incrementa las acciones represivas contra opositores pacíficos, prisioneros políticos, defensores de los derechos humanos, periodistas independientes y contra todo el que exponga la alarmante realidad que se vive en medio de la escasez y la crisis entorno al COVID-19".
Además de Ferrer y Sánchez, entre los firmantes de la misiva se encuentran destacados disidentes de dentro y fuera de la isla como Berta Soler, Rosa María Payá, Sylvia Iriondo, Jorge Luis Perez Antúnez, Juan Alberto de la Nuez Ramírez, Kirenia Yalit Núñez Pérez, Joel Brito Delgado, Boris González Arenas, Eduardo Marcos Pacheco Ortiz y Henry Constantin Ferreiro.
La misiva destaca que mientras la "vida se torna cada vez más difícil, el régimen, que controla todos los medios de comunicación masiva con mentiras y propaganda, trata de generar una falsa y peligrosa sensación de seguridad entre los cubanos, a la vez que manipula y exagera las noticias sobre los problemas que enfrentan otras naciones con gobiernos críticos del castrismo.
"Especialmente indignantes son las condiciones en que se encuentran nuestros presos políticos y las acciones en su contra en momentos en que sus vidas corren mayor peligro. Hoy son víctimas de confinamiento en celdas de castigo, traslados a prisiones distantes de sus familiares, confiscación arbitraria de alimentos y productos de aseo, y suspensión de llamadas telefónicas, mientras el régimen obstaculiza la ayuda desde el exilio. A todo esto, hay que sumar el hacinamiento, la pésima higiene y alimentación, y la deficiente atención médica", subraya la misiva.
La denuncia subraya, además, que "muchos activistas, pero también ciudadanos no organizados, han sido detenidos, amenazados, despojados de sus celulares e incluso agredidos físicamente y llevados a prisión por las autoridades por tomar una foto o hacer una publicación en redes sociales" sobre la realidad que atraviesa el país.
La misiva detalla que en la isla se agrava el "ya crónico desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad", y las autoridades continúan imponiendo restricciones al sector privado.