La prisionera política Aymara Nieto Muñoz abandonó la huelga de hambre con la que exigía, entre otras cosas, su traslado hacia La Habana, donde reside su familia.
Su esposo, el expreso político Ismael Boris Reñí, dijo este martes a Radio Martí que Nieto Muñoz fue visitada en la prisión de mujeres de Las Tunas por agentes de la Seguridad del Estado, quienes prometieron resolver su caso.
“Primeramente, Aymara estuvo ‘plantada’ siete días. Ella la había terminado (la huelga de hambre) el día 18 de este mes (agosto), y la había empezado el día 11 de este mismo mes, y la huelga de hambre de ella era para pedir el traslado para aquí, para La Habana”, explicó el esposo de la opositora.
“Y ahora, recientemente, pidió celda permanente, para no convivir con las demás reclusas ahí, porque no tiene confianza en la seguridad de ella.
En un principio, el motivo de la huelga era porque "no recibía visita de familiares, y no le dejaban llegar insumos que le hacen falta para subsistir dentro de la prisión”, añadió Reñí.
Hacen ya casi dos años que la prisionera política "no ve a las niñas y a su familia", explicó el opositor, que vio a su esposa por última vez hace unos nueve meses.
“El problema es la lejanía. Hay, por lo menos, 600 kilómetros desde aquí desde La Habana, y ella tiene que estar en La Habana, porque ella es de aquí, no de esa provincia”, agregó Reñí.
Según Nieto Muños, oficiales de la Seguridad del Estado "de aquí, de La Habana" la visitaron en prisión "y hablaron con ella, y le dijeron ‘que le iban a resolver el caso... Yo sé que todo es una patraña”, concluyó Reñí.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)