En los últimos años, Cuba y la mayoría de los otros destinos turísticos en el Caribe han logrado aumentar tanto la llegada de visitantes como los ingresos, lo que demuestra que hay espacio para todos en el crecimiento de la industria turística mundial, según reporta Jamaica Observer.
Con los cambios económicos y políticos que tienen lugar en Cuba y la necesidad desesperada de la isla por más divisas, especialmente si PetroCaribe se derrumba o sus generosos beneficios se reducen, habrá un mayor impulso para expandir el turismo.
Si la normalización de relaciones con Estados Unidos continúa, el número de turistas estadounidenses dispuestos a viajar a Cuba aumentará. Pero si no se derogan las restricciones de la Ley Helms-Burton y los últimos vestigios del embargo, entonces es probable que no haya una avalancha de turistas estadounidenses. Inicialmente, si marcha bien la normalización, el aumento se verá en la llegada de cruceros, dice el editorial.
Todo este aumento del turismo a Cuba va a tener un impacto en el Caribe. De cuánto será el impacto depende de cómo los Gobiernos del Caribe respondan a ese desafío.
Felizmente, la Asociación de Turismo y Hoteles del Caribe ha asumido el reto de una manera constructiva, pues ha reconocido que hay espacio para que todos puedan crecer y que lo de Cuba debe ser visto como una oportunidad para todos.
El 18 de junio 2015, la entidad caribeña declaró que el enfoque debería ser de compromiso y mejora. Reconoció que "el Caribe, la región más dependiente del turismo en el mundo, podría usar positivamente la apertura de los viajes a Cuba para los ciudadanos de Estados Unidos". Advirtió que parte de la premisa sensata de que "es una gran oportunidad para los efectos netos sean positivos para el Caribe en su conjunto".
El organismo agrega que el camino a seguir es la cooperación y ha llamado a una nueva relación entre Estados Unidos y el Caribe y a la "creación urgente" de una "iniciativa de turismo para la cuenca del Caribe" que reconozca los servicios de turismo como una forma eficaz para ayudar al desarrollo regional. Sería similar a la iniciativa original de la cuenca del Caribe de la década de 1980, propulsada bajo la administración del presidente Ronald Reagan, que contemplaba la política de apoyo técnico a la región con entidades del sector privado.