La Defensa Civil de Cuba llamó a extremar las medidas de ahorro y estar alertas ante la intensa sequía que azota al país y afecta el suministro de agua a la población, la agricultura y la industria.
"Se orienta a los órganos de dirección y a la población a mantenerse atentos a la evolución de este evento, cumplir las acciones que se indiquen por las autoridades competentes y hacer uso racional del agua", dijo Defensa Civil en una nota informativa publicada en el diario oficial Granma.
Añadió que "durante el presente periodo húmedo o lluvioso, etapa comprendida entre mayo a octubre, es evidente la ausencia de lluvias. El nivel de los embalses se encuentra muy por debajo de su capacidad de llenado y las fuentes de agua subterráneas están en descenso con respecto a los meses precedentes".
No se vislumbra una próxima mejoría de la dramática situación actual, asociada al cambio climático según los especialistas.
Defensa Civil señaló que "la extensión de la actual sequía intensa" y la "poca actividad en la temporada ciclónica en lo que resta del año" indica que "pudiera mantenerse la escasez de lluvias, afectando aún más la disponibilidad de agua para el próximo periodo seco, que comienza en noviembre".
Según el Instituto de Meteorología, julio concluyó "con un 63% de todo el territorio nacional con déficit en sus acumulados. De ellos, un 24% se catalogaron como extremos y severos, otro 18% moderados y un 21% débiles".
La presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Inés María Chapman, llamó el 5 de agosto a "prepararnos para enfrentar la sequía más crítica y garantizar la protección a la población".
En barrios de La Habana y poblaciones de provincias, el reparto de agua se realiza con camiones cisternas, debido a la imposibilidad de bombear el agua por la depresión de algunos embalses.
Se registran ya cuantiosas pérdidas en la agricultura y la ganadería, según diferentes reportes de prensa.
Un reportaje de Martí Noticias recoge opiniones de residentes en muchos barrios de Guantánamo, que se quejan no sólo por la falta de agua, sino por la mala calidad de la que llega a los hogares.