La disidente Ailer Gonazález Mena publica un post sobre la chivatería exigida a los taxistas en Cuba en su página de Facebook que no tiene desperdicio.
“La decadente TV del régimen cubano trasmiten cada domingo una serie que producen el Minint y la seguridad del Estado, Tras la Huella, es el nombre del bodrio. Ni hablar de las penosas apariciones de actores conocidos incluso algunos que viven fuera de Cuba y regresan prestados para encarnar a los agentones y jefazos del aparato represivo y de control de la dictadura convertidos en los buenos de la serie”.
Según la disidente el “eje central de esa cosa es mostrar la eficiencia de la chivatería como método de control en Cuba, mostrar que aquí todo el mundo chivatea con tremenda dignidad, la vieja del comité, un mecánico, un albañil o una prostituta, esta gentuza exhibe al delator como un virtuoso, como si fuera una condición del cubano, hay que escuchar los parlamentos de envidia encubiertos de "compromiso con el bienestar del país" que acompañan cada delación de los "informantes", así les llaman, ya sin ningún pudor”.
Pues bien, apunta Ailer, han comenzado a entregar a taxistas y boteros un documento que da la medida que intentan desesperadamente engrosar las filas de chivatones, enfocados ahora en el sector de taxistas de cooperativas y boteros privados.
Decálogo para la delación
Llama la atención que el decálogo del chivato de alquiler adoctrina para que los taxistas no sean contundentes en refutar las posturas ideológicamente desviadas de sus clientes, sino que pide que se les de cordel para poder conocer sus posturas políticas a fondo y saber así sus verdaderas intenciones para lo que llaman proceso revolucionario.
El documento que promueve el Minint empieza con el tema de las relaciones Cuba-EE.UU como prioridad, seguido de la contrarrevolución interna, la juventud y el sector de los académicos.
El manual del chivatón llama por otra parte a poner ojo sobre los arrendatarios de casas de alquiler a extranjeros y sobre turistas que soliciten que los lleven a sedes de ONGs para entregar donaciones o contactar a personas particulares.
El manual del perfecto chivatón sobre ruedas pide intercambiar correos electrónicos, dirección y teléfonos con los clientes de manera que se puedan tener ubicadas a las probables piezas de los servicios de inteligencia del régimen comunista de la isla.
El decálogo del buen soplón asegura que la agencia para recibir denuncias funciona las 24 horas del día, !eficiencia donde la haya!, y da el teléfono de la misma y el de un oficial que se hace llamar Adolfo.
La chivatería en Cuba se exige para los unos y los otros, de las dos orillas, pues hace poco más de un año publicamos en este sitio cómo la prensa del régimen publicaba una lista de teléfonos para que las personas delataran a los taxistas que cobraran más de los precios fijados por las autoridades comunistas para que los boteros fuesen castigados con multas, decomiso de autos y hasta privación de libertad.
Así, la isla sería el paraíso perfecto que parafrasea el refrán que reza: chivatón que chivatea a otro chivatón tiene cien años de perdón.
El decálogo