William Potts, un estadounidense fugitivo de la justicia de su país que desde hace años reside en Cuba, podría muy pronto regresar a EE.UU. según informó la cadena de noticias CNN.
El canal de televisión entrevistó en La Habana a Potts, uno entre varias docenas de prófugos estadounidenses que de acuerdo con Washington hallaron refugio en Cuba, y tal vez el único que desea regresar a EE.UU.
Potts, de 56 años, visitó la Sección de Intereses de Washington en La Habana para tramitar su pasaporte estadounidense a fin de retornar a su país, donde encara cargos por el secuestro y desvío a la isla de un avión de pasajeros que cubría ruta Nueva Jersey-Miami en 1984.
En esa época, Potts era miembro de los Panteras Negras, anhelaba derrocar al gobierno de EE.UU. y pensó que Cuba le daría entrenamiento militar para llevar a cabo su revolución, señaló CNN.
“Guste o no, soy estadounidense, nací allí, mi familia nació y se crió allí, y es adonde he estado queriendo ir desde hace más de un año”, dijo al reportero.
Sus sueños de ser recibido en Cuba como un camarada revolucionario, añadió CNN, no cuajaron, y, tras rechazar un ofrecimiento de La Habana de ser devuelto a EE.UU. con el avión, las autoridades de la isla lo sometieron a juicio y lo condenaron a 15 años de prisión.
Cumplió 13 años de cárcel durante los cuales indicó haber sido visitado regularmente por diplomáticos estadounidenses, y tras ser puesto en libertad en 1997 tuvo dos hijas que, según dijo, le cambiaron sus ideas políticas: “Ya no soy un revolucionario, simplemente un padre”.
En 2009, Potts escribió al presidente Barack Obama pidiéndole un perdón por el secuestro del avión, y al no recibir respuesta envió una carta a la fiscalía federal en Miami preguntando si una declaración de culpabilidad de su parte podría hacer que se tuviese en cuenta el tiempo de cárcel que cumplió en Cuba.
Tampoco recibió respuesta, precisó CNN, “pero sus hijas recibieron la ciudadanía y pasaportes estadounidenses y el año pasado fueron a vivir con la familia de su padre en el estado de Georgia”.
El canal de televisión entrevistó en La Habana a Potts, uno entre varias docenas de prófugos estadounidenses que de acuerdo con Washington hallaron refugio en Cuba, y tal vez el único que desea regresar a EE.UU.
Potts, de 56 años, visitó la Sección de Intereses de Washington en La Habana para tramitar su pasaporte estadounidense a fin de retornar a su país, donde encara cargos por el secuestro y desvío a la isla de un avión de pasajeros que cubría ruta Nueva Jersey-Miami en 1984.
En esa época, Potts era miembro de los Panteras Negras, anhelaba derrocar al gobierno de EE.UU. y pensó que Cuba le daría entrenamiento militar para llevar a cabo su revolución, señaló CNN.
“Guste o no, soy estadounidense, nací allí, mi familia nació y se crió allí, y es adonde he estado queriendo ir desde hace más de un año”, dijo al reportero.
Sus sueños de ser recibido en Cuba como un camarada revolucionario, añadió CNN, no cuajaron, y, tras rechazar un ofrecimiento de La Habana de ser devuelto a EE.UU. con el avión, las autoridades de la isla lo sometieron a juicio y lo condenaron a 15 años de prisión.
Cumplió 13 años de cárcel durante los cuales indicó haber sido visitado regularmente por diplomáticos estadounidenses, y tras ser puesto en libertad en 1997 tuvo dos hijas que, según dijo, le cambiaron sus ideas políticas: “Ya no soy un revolucionario, simplemente un padre”.
En 2009, Potts escribió al presidente Barack Obama pidiéndole un perdón por el secuestro del avión, y al no recibir respuesta envió una carta a la fiscalía federal en Miami preguntando si una declaración de culpabilidad de su parte podría hacer que se tuviese en cuenta el tiempo de cárcel que cumplió en Cuba.
Tampoco recibió respuesta, precisó CNN, “pero sus hijas recibieron la ciudadanía y pasaportes estadounidenses y el año pasado fueron a vivir con la familia de su padre en el estado de Georgia”.