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"Es como si estuviéramos desconectados": Más de la mitad de Cuba apagada este miércoles


Una pareja espera en una calle por la noche durante un apagón nacional causado por una falla de la red eléctrica en La Habana el 4 de diciembre de 2024.
Una pareja espera en una calle por la noche durante un apagón nacional causado por una falla de la red eléctrica en La Habana el 4 de diciembre de 2024.

Más de la mitad de Cuba estará apagada este miércoles en el horario de mayor demanda, según el pronóstico de la Unión Eléctrica. Los mayores problemas están en la región del centro y el oriente de la isla, dijo la UNE.

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Más de la mitad de Cuba estará apagada este miércoles en el horario de mayor demanda, según el pronóstico de la Unión Eléctrica.

Los mayores problemas están en la región del centro y el oriente de la isla, dijo la UNE en un comunicado en el que informa además que la mayoría de las unidades termoeléctricas del país no estarán funcionando hoy, unas por averías y otras por mantenimiento.

La afectación podría alcanzar un déficit de 1.641 MW de los 3.200 MW necesarios.

En Ciego de Ávila, es como "si hubiera ocurrido una desconexión del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) desde hace varios días", indicó a la prensa local Daniel Pérez García, director de la empresa eléctrica en esa provincia.

A finales del año pasado el SEN se desconectó tres veces dejando al país a oscuras por varios días. Expertos consideran que otra desconexión es inminente dada la crítica situación de las termoeléctricas en la isla.

Para Jorge Piñón, experto en energía y académico del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, en los meses de verano no hay manera de que Cuba pueda satisfacer la demanda de la población.

“El problema es estructural. La columna vertebral del sistema son las termoeléctricas, y hoy más del 50% de esa capacidad está fuera de servicio. El sistema está en su punto crítico”, dijo.

Según Piñón, el peor escenario aún no ha llegado. “Cuanto más estrés sufre el sistema, mayor es el riesgo de fallas catastróficas. Es una bomba de tiempo”, aseguró.

Las termoeléctricas en Cuba tienen más de cuatro décadas de explotación, cuando -según Piñón- su vida útil debería ser de 30 a 35 años.

"No han recibido el mantenimiento adecuado ni han sido reemplazadas, y el petróleo cubano que usan es altamente corrosivo, lo que agrava el deterioro”, explicó.

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