La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) conmemora este viernes su 53 aniversario en medio de cuestionamientos sobre su eficacia y objetivos, que incluyen también a varias de las llamadas organizaciones de masas controladas por el Partido Comunista de Cuba.
“La FMC se ha mantenido durante décadas en un limbo preocupante, no solo porque se haya enquistado en el discurso de los logros obtenidos; sino, sobre todo, porque tal postura la inhabilita para reconocer lo que piden a gritos las mujeres de la Cuba contemporánea”, escribe la periodista Gisselle Morales Rodríguez , en su blog personal Cuba Profunda.
Al igual que hacen muchos de sus colegas en otros medios locales, Morales, reportera de Escambray, periódico de la provincia de Sancti Spíritus, plantea en sus comentarios personales cuestionamientos críticos que habitualmente no se publican en la prensa oficial.
“No es con la exhortación al más puro estilo “creced y multiplicaos” como se revertirá la baja fecundidad en esta isla, ni con marcas genéricas en el lenguaje -tan de moda por estos tiempos- como va a solucionarse la equidad entre los sexos; mucho menos serán los spots televisivos los que consigan levantar la moral de una federación de la que, salvo el aparato burocrático y profesional, muy pocas se sienten parte”, afirma Morales.
Agrega que a pesar de las renovaciones de sus dirigentes, de la convocatoria de un Congreso para marzo de 2014 y hasta de una mayor tirada “de la revista Mujeres, que cumplía los requisitos para desaparecer sin ocasionar cisma alguno…; no obstante, yo sigo sin percibir la radicalidad de sus cambios internos y, peor aún, sin saber cómo la federación me representa sin conocerme”.
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) no queda a salvo de estas críticas que ahora afloran con mayor presencia en las redes sociales internas, mientras se les da a conocer a los cubanos, el anteproyecto del nuevo Código de Trabajo.
“Los sindicatos de Cuba, que pertenecen todos a la CTC o CTK (según quien te lo cuente), no dan la guerra para la que en hipótesis están diseñados. Sus funciones concretas se limitan a la recogida de cotizaciones mensuales para celebrar el Día de la Mujer y el de las Madres, una cuota anual voluntaria para apoyar a las Milicias de Tropas Territoriales (MTT) que defenderían al país en caso de guerra, a convocar a la manifestación planificada del 1ero de Mayo, y a aplaudir lobotomizadamente todas las decisiones que toma el gobierno, incluso aquellas que afectan sin disimulo los intereses de sus afiliados”, afirma un post del blog alejo3399 del periodista camagüeyano, Alejandro Rodríguez Rodríguez.
En un extenso artículo titulado Worker-demonstration, Alejandro subraya que “para la inmensa mayoría de los trabajadores de este país el sindicato significa solo un estorbo” y cita el tema el nuevo Código de Trabajo, “que nada dirá sobre el derecho a huelga que naturalmente debe asistir a los trabajadores de cualquier sociedad aspirante a democrática e inclusiva”.
“Si juzgamos el caso del Código de Trabajo en correspondencia con los últimos cambios que han acontecido en Cuba, supondremos que no habrá tal derecho a huelga, ni mucho menos transformaciones sustanciales en las relaciones laborales entre obreros y empleadores”, afirmó alejo3399.
Enrique Milanés León, periodista de la misma provincia, es el autor del blog El Caimán sin muelas. Como tantos colegas suyos ha escrito sus opiniones sobre el recién concluido congreso de la Unión de Periodistas de Cuba y los debates suscitados en el seno de esa organización.
“Más de un amigo que quiere mi bien me pregunta por los saldos concretos del Congreso de los periodistas. Yo miro al cielo, hago como si supiera silbar y aprovecho una buena oportunidad para quedarme callado. A los más cercanos, a esos que les debo y cumplo mayor sinceridad, les respondo que no sé cuáles hubo, pero que, terminando el otro, comenzó mi congreso personal”, afirma el Caimán sin concretar “la muela” que se extiende a todo lo largo de la entrada titulada Mi Congreso.
Y si de congresos pasados se trata, otro que no ha salido bien parado es el de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). La otrora vibrante y combativa vanguardia del movimiento estudiantil cubano, padece de una postración que contradice sus orígenes.
“La FEU se ha convertido en organización comparsa, con un sistema de dirección vertical y burocrático sin casi ningún poder de gestión en sus universidades, a la que los estudiantes ingresan sin conocer ni su historia, ni sus deberes, ni sus derechos, ni su sistema de funcionamiento y de la que salen pensando que solo es fiesta, marcha, campismo y trabajo voluntario”, afirma un artículo titulado ¿En silencio están los corderos? publicado en el blog Un guajiro ilustrado.
Su autor, Darío Alejandro Escobar, estudiante de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, participó como delegado en el recién concluido congreso de la FEU y aseguró que si esa organización “no cambia, se conservará como el cadáver exquisito más putrefacto”.
“La FMC se ha mantenido durante décadas en un limbo preocupante, no solo porque se haya enquistado en el discurso de los logros obtenidos; sino, sobre todo, porque tal postura la inhabilita para reconocer lo que piden a gritos las mujeres de la Cuba contemporánea”, escribe la periodista Gisselle Morales Rodríguez , en su blog personal Cuba Profunda.
Al igual que hacen muchos de sus colegas en otros medios locales, Morales, reportera de Escambray, periódico de la provincia de Sancti Spíritus, plantea en sus comentarios personales cuestionamientos críticos que habitualmente no se publican en la prensa oficial.
“No es con la exhortación al más puro estilo “creced y multiplicaos” como se revertirá la baja fecundidad en esta isla, ni con marcas genéricas en el lenguaje -tan de moda por estos tiempos- como va a solucionarse la equidad entre los sexos; mucho menos serán los spots televisivos los que consigan levantar la moral de una federación de la que, salvo el aparato burocrático y profesional, muy pocas se sienten parte”, afirma Morales.
Agrega que a pesar de las renovaciones de sus dirigentes, de la convocatoria de un Congreso para marzo de 2014 y hasta de una mayor tirada “de la revista Mujeres, que cumplía los requisitos para desaparecer sin ocasionar cisma alguno…; no obstante, yo sigo sin percibir la radicalidad de sus cambios internos y, peor aún, sin saber cómo la federación me representa sin conocerme”.
La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) no queda a salvo de estas críticas que ahora afloran con mayor presencia en las redes sociales internas, mientras se les da a conocer a los cubanos, el anteproyecto del nuevo Código de Trabajo.
“Los sindicatos de Cuba, que pertenecen todos a la CTC o CTK (según quien te lo cuente), no dan la guerra para la que en hipótesis están diseñados. Sus funciones concretas se limitan a la recogida de cotizaciones mensuales para celebrar el Día de la Mujer y el de las Madres, una cuota anual voluntaria para apoyar a las Milicias de Tropas Territoriales (MTT) que defenderían al país en caso de guerra, a convocar a la manifestación planificada del 1ero de Mayo, y a aplaudir lobotomizadamente todas las decisiones que toma el gobierno, incluso aquellas que afectan sin disimulo los intereses de sus afiliados”, afirma un post del blog alejo3399 del periodista camagüeyano, Alejandro Rodríguez Rodríguez.
En un extenso artículo titulado Worker-demonstration, Alejandro subraya que “para la inmensa mayoría de los trabajadores de este país el sindicato significa solo un estorbo” y cita el tema el nuevo Código de Trabajo, “que nada dirá sobre el derecho a huelga que naturalmente debe asistir a los trabajadores de cualquier sociedad aspirante a democrática e inclusiva”.
“Si juzgamos el caso del Código de Trabajo en correspondencia con los últimos cambios que han acontecido en Cuba, supondremos que no habrá tal derecho a huelga, ni mucho menos transformaciones sustanciales en las relaciones laborales entre obreros y empleadores”, afirmó alejo3399.
Enrique Milanés León, periodista de la misma provincia, es el autor del blog El Caimán sin muelas. Como tantos colegas suyos ha escrito sus opiniones sobre el recién concluido congreso de la Unión de Periodistas de Cuba y los debates suscitados en el seno de esa organización.
“Más de un amigo que quiere mi bien me pregunta por los saldos concretos del Congreso de los periodistas. Yo miro al cielo, hago como si supiera silbar y aprovecho una buena oportunidad para quedarme callado. A los más cercanos, a esos que les debo y cumplo mayor sinceridad, les respondo que no sé cuáles hubo, pero que, terminando el otro, comenzó mi congreso personal”, afirma el Caimán sin concretar “la muela” que se extiende a todo lo largo de la entrada titulada Mi Congreso.
Y si de congresos pasados se trata, otro que no ha salido bien parado es el de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). La otrora vibrante y combativa vanguardia del movimiento estudiantil cubano, padece de una postración que contradice sus orígenes.
“La FEU se ha convertido en organización comparsa, con un sistema de dirección vertical y burocrático sin casi ningún poder de gestión en sus universidades, a la que los estudiantes ingresan sin conocer ni su historia, ni sus deberes, ni sus derechos, ni su sistema de funcionamiento y de la que salen pensando que solo es fiesta, marcha, campismo y trabajo voluntario”, afirma un artículo titulado ¿En silencio están los corderos? publicado en el blog Un guajiro ilustrado.
Su autor, Darío Alejandro Escobar, estudiante de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, participó como delegado en el recién concluido congreso de la FEU y aseguró que si esa organización “no cambia, se conservará como el cadáver exquisito más putrefacto”.