El Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología, del Ministerio de Salud Pública de Las Tunas dio a conocer la pasada semana que al terminar 2024, la provincia identificó seis casos de lepra, incluidos niños.
En Cuba, la lepra dejó de ser un "problema de salud" en 1993, según el indicador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de menos de un caso por cada 10 mil habitantes.
Sin embargo, cada año son descubiertos cerca de 200 enfermos nuevos como promedio, en todos los grupos etarios, incluidos los niños, afirmaron en un artículo la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud en Cuba.
De acuerdo con la investigación “Lepra en niños en Cuba: descripción epidemiológica y clínica de 50 casos entre 2012 y 2019”, Granma, con 346, fue la provincia donde un número mayor de enfermos de lepra se detectó en el período analizado, seguido por Guantánamo, con 189; La Habana, con 146, y Ciego de Ávila, con 144, aunque la enfermedad estuvo presente en todas las provincias.
En 2023, fueron diagnosticados en la Isla 142 enfermos de lepra, según la Organización Panamericana de la Salud.
El tratamiento, que consiste en una terapia multi-droga con Rifampicina, Clofazimina y Dapsone, es donado anualmente por la Organización Mundial de la Salud, y administrada de manera ambulatoria y supervisada por el médico y la enfermera de la familia.
“Si está controlado el paciente, tiene mucho menos probabilidades de que haya algún contagio, pero aquí como faltan todos los medicamentos y hasta los donativos de medicamentos no llegan a la población, a los enfermos; el país es propenso a cualquier brote, a cualquier epidemia de cualquier tipo”, explicó el doctor Roberto Serrano desde Songo La Maya, en Santiago de Cuba.
Aunque no hay certeza, se acepta que la lepra se contagia “a través de las vías respiratorias y por contacto con las lesiones de la piel de un enfermo no tratado, tras una relación íntima y repetida”, señaló la responsable del Programa Nacional de Lepra, Raisa Rumbaut Castillo, en declaraciones a la web del Ministerio de Salud Pública de Cuba.
Martí Noticias trató de entrevistar a la funcionaria, pero se negó a hacer comentarios: “Lo siento mucho, pero ni cuente conmigo”, dijo.
La lepra se diagnostica mediante la observación de signos clínicos y la realización de exámenes de laboratorio.
Dermatólogos han alertado que las personas con lepra son estigmatizadas. El paciente, con las lesiones características en la piel, evita los centros de salud y se aísla para no ser discriminado, lo que conduce a que el diagnóstico y el inicio del tratamiento sean tardíos.
“Los diagnósticos son extremadamente difíciles porque la mayoría de las pruebas, de cualquier análisis, el más sencillo que haya, pruebas especiales, cualquiera, no se pueden hacer porque no hay reactivos. Muchas veces los diagnósticos tienen que ser clínicos, porque las pruebas de laboratorio no se pueden hacer”, lamentó el doctor Serrano.
Los factores de riesgo que están asociados con esta enfermedad son la desnutrición, el hacinamiento, la falta de higiene y la susceptibilidad inmunológica de la persona infectada.
El doctor Serrano se refirió además a los portadores de la enfermedad en los reclusorios.
“Esas enfermedades que son de prioridad uno, porque son extremadamente contagiosas, hay que tratar de detenerlas a como dé lugar. Es un paciente que tiene que tener condiciones especiales, una higiene especial, dieta especial”, enfatizó.
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