El economista independiente Oscar Espinosa Chepe, declaró en La Habana que sin la subvención venezolana el gobierno cubano caería en una crisis económica superior a la acaecida tras la desaparición de la Unión Soviética a inicios de la década del 90.
“Sería una crisis peor a la que vivimos cuando perdimos las subvenciones de la Unión Soviética”, enfatizó Espinosa Chepe, quien recordó que en ese tiempo, aunque el país disponía de una estructura productiva, una industria azucarera, la consecuencia inevitable fue el llamado Periodo Especial.
El economista describe las condiciones actuales de la economía cubana que agudizarían una nueva crisis: más de 20 años de continua descapitalización de la economía, la importación de más del 80 % por ciento de los alimentos, la producción de la industria por debajo del 50 % en comparación con los niveles de 1989.
Una importante pieza de la subvención radica en la venta de los servicios profesionales de los cubanos a Venezuela, encabezados por servicios médicos, deporte, informática, agricultura, entre otros, y sobre todo, la venta de petróleo bajo acuerdos preferenciales de Venezuela a Cuba para pagar esos servicios.
El economista cubano concluye preguntándose cómo se las ingeniará Cuba, en ausencia de los acuerdos actuales, para pagar los 100 mil barriles de petróleo que recibe de Venezuela diariamente sin los cuales los cortes eléctricos y la carecia de combustible para las fábricas no se harían esperar.
“Sería una crisis peor a la que vivimos cuando perdimos las subvenciones de la Unión Soviética”, enfatizó Espinosa Chepe, quien recordó que en ese tiempo, aunque el país disponía de una estructura productiva, una industria azucarera, la consecuencia inevitable fue el llamado Periodo Especial.
El economista describe las condiciones actuales de la economía cubana que agudizarían una nueva crisis: más de 20 años de continua descapitalización de la economía, la importación de más del 80 % por ciento de los alimentos, la producción de la industria por debajo del 50 % en comparación con los niveles de 1989.
Una importante pieza de la subvención radica en la venta de los servicios profesionales de los cubanos a Venezuela, encabezados por servicios médicos, deporte, informática, agricultura, entre otros, y sobre todo, la venta de petróleo bajo acuerdos preferenciales de Venezuela a Cuba para pagar esos servicios.
El economista cubano concluye preguntándose cómo se las ingeniará Cuba, en ausencia de los acuerdos actuales, para pagar los 100 mil barriles de petróleo que recibe de Venezuela diariamente sin los cuales los cortes eléctricos y la carecia de combustible para las fábricas no se harían esperar.