El director de la empresa acuícola, Pescaspir, de Sancti Spiritus, Antonio Olaya, advirtió que esa entidad está empeñada en evitar “un desastre sanitario” en la presa Zaza, la mayor del país, como consecuencia del descenso de sus niveles de agua.
La información que aparece en la edición digital del semanario Trabajadores, tiene un ángulo menos directo, como es habitual en los medios oficiales de la prensa cubana.
La onomástica castrista es pródiga en otorgar nombres propios a campañas políticas o consignas económicas. Es así como el uso de eufemismos para ocultar realidades desagradables, políticamente molestas, le ha conferido el apellido de “abastecimiento” a la libreta de racionamiento; o de “disponibles” a los trabajadores desempleados.
En este caso de desastre sanitario, Olaya le dio al asunto un ribete más pintoresco, cuando explicó que durante todo el mes de mayo se llevará a cabo en la presa Zaza un operativo llamado “bastión pesquero que permitirá reducir la biomasa de peces que pueblan el mayor embalse de Cuba”.
El “bastión” de Olaya consiste en movilizar todos los recursos y pescadores disponibles para capturar la mayor cantidad de peces, ya que el agua que contiene la empobrecida presa no tiene suficiente oxíeno para toda su "biomasa de peces", como la califica el empresario spirituano.
La presa Zaza, entró en operaciones en 1975 y tiene una capacidad de embalse de mil 20 millones de metros cúbicos de agua, pero se ha convertido en un gigantesco charco.
“Según pronósticos de Recursos Hidráulicos, si no ocurre un fenómeno meteorológico excepcional, en julio el embalse podría llegar al llamado punto muerto con unos 90 millones de metros cúbicos del líquido”, precisó Olaya.
Dicho de manera más clara: cientos de toneladas de “biomasa de peces” están condenados a morir en el charquero de 113.5 kilómetros cuadrados que tiene la presa Zaza.
Olaya aspira que el "bastión pesquero" permita la captura de 679 toneladas de peces en la Zaza en mayo y, además, otras 60 toneladas de la especie claria que se mantienen “en ceba” en los estanques de La Sierpe, que se abastece del mismo embalse en decadencia.
La información que aparece en la edición digital del semanario Trabajadores, tiene un ángulo menos directo, como es habitual en los medios oficiales de la prensa cubana.
La onomástica castrista es pródiga en otorgar nombres propios a campañas políticas o consignas económicas. Es así como el uso de eufemismos para ocultar realidades desagradables, políticamente molestas, le ha conferido el apellido de “abastecimiento” a la libreta de racionamiento; o de “disponibles” a los trabajadores desempleados.
En este caso de desastre sanitario, Olaya le dio al asunto un ribete más pintoresco, cuando explicó que durante todo el mes de mayo se llevará a cabo en la presa Zaza un operativo llamado “bastión pesquero que permitirá reducir la biomasa de peces que pueblan el mayor embalse de Cuba”.
El “bastión” de Olaya consiste en movilizar todos los recursos y pescadores disponibles para capturar la mayor cantidad de peces, ya que el agua que contiene la empobrecida presa no tiene suficiente oxíeno para toda su "biomasa de peces", como la califica el empresario spirituano.
La presa Zaza, entró en operaciones en 1975 y tiene una capacidad de embalse de mil 20 millones de metros cúbicos de agua, pero se ha convertido en un gigantesco charco.
“Según pronósticos de Recursos Hidráulicos, si no ocurre un fenómeno meteorológico excepcional, en julio el embalse podría llegar al llamado punto muerto con unos 90 millones de metros cúbicos del líquido”, precisó Olaya.
Dicho de manera más clara: cientos de toneladas de “biomasa de peces” están condenados a morir en el charquero de 113.5 kilómetros cuadrados que tiene la presa Zaza.
Olaya aspira que el "bastión pesquero" permita la captura de 679 toneladas de peces en la Zaza en mayo y, además, otras 60 toneladas de la especie claria que se mantienen “en ceba” en los estanques de La Sierpe, que se abastece del mismo embalse en decadencia.