El presidente de las Casas de Cambio en Cuba (CADECAS), Joaquín Alonso Vázquez, justificó que la entidad estatal no venda dólares o divisas extranjeras por la "disminución drástica" del turismo a la isla, pero analistas independientes consultados por Radio Televisión Martí creen que la realidad puede ser distinta.
El exprofesor de economía de la Universidad de La Habana, Omar Everleny Pérez Villanueva, señaló que "es verdad" la explicación del funcionario.
Según el economista, en las últimas semanas, con la entrada de algunos turistas, ha habido "pequeñas aristas de recuperación en las áreas de los cayos", pero no cree que eso ofrezca alguna ventaja a la economía nacional.
El gobierno cubano dijo que las CADECAS solo estaban dando servicio de recange a pasajeros que van a salir del país, y con limitaciones.
Es una medida del gobierno que, en opinión del emprendedor cubano Ángel Rodríguez Pita, hace que se esté viviendo en el país "un corralito financiero" doble, si se tiene en cuenta que "ahora mismo están circulando en Cuba dos monedas".
Poner toda la culpa sobre el turismo demuestra que el gobierno no quiere llegar, al menos, a una solución parcial de la crisis, agregó Rodríguez Pita.
"Pensar en orientar la inversión de las remesas familiares hacia el sector privado, y que cambie el patrón de consumo, incrementando la producción agrícola para surtir un grupo de bienes y servicios que se realicen en zonas urbanas sería lo más lógico posible", recalcó.
La solución parcial del problema está en manos del Estado, dijo Pérez Villanueva, quien recuerda que las instituciones estatales se han "centrado" más en la esfera de la circulación que en la de la producción.
"La tarea del ordenamiento es válida, pero no se ha dado el énfasis necesario en fortalecer a las fuerzas productivas", precisó el exprofesor de economía".
"Dicho de otra manera, no es un capricho, ni una repetición innecesaria seguir planteando el tema de la pequeña y mediana empresa y que el gobierno las permita ya", subrayó el experto.
En medio de esa realidad, los cubanos que reciben remesas desvían una buena cantidad para el mercado negron donde el cambio es mucho mayor que el que ofrece el gobierno, concluyó el economista.
